Tras media docena de conciertos en la Plaza de la Constitución, el ciclo Cooltural Go! se mudó anoche al Recinto de Conciertos del Ferial
Después de media docena de conciertos en la Plaza de la Constitución, anoche era la marcada para que los conciertos del ciclo de Cooltural Go!, la adaptación para este verano de Cooltural Fest, organizado Crash Music y por el Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería, se mudaran al Recinto de Conciertos del Ferial hasta su conclusión, el próximo 12 de septiembre. Todas las ‘mudanzas’ hay que hacerlas con talante positivo, con una dosis extra de energía y, en la música, qué mejor exponente de ello que la fuerza de las guitarras y del rock más clásico, como el que ofrecieron los granadinos 091 y los almerienses Casino, encargados de abrir la velada.
Y cumplieron con su cometido a la perfección. La banda local se ha granjeado ya una buena fama con su rock que se mueve por igual entre el roll stoniano que por el descaro de los patrios Burning. Guitarras sinuosas, aderezos en forma de saxo y unos estribillos clásicos, de los ‘disfrutones’, que hicieron las delicias de un público que se quedó encantado con su media hora de actuación.
Casino anda presentando desde hace un tiempo ‘Mentiras Maquilladas’, su larga duración grabado de la mano de un hombre reputado dentro del circuito rockero por su experiencia como bajista con bandas de primer nivel, como es Candy Caramelo. Compuesta por el quinteto que conforman Manu Carmona en el bajo, Iván Navas en la voz y guitarra, Juan Núñez en el saxo y percusiones, Alberto Tonda en la guitarra y Joaquín Berrolo en la batería.
‘Todo Da Igual’, ‘Intención de Nada’ o ‘Chica de Postal’, abrieron una tanda de temas de tahúres habilidosos. Con las emociones ‘A Flor De Piel’ y las gargantas ya calentadas, como también las palmas al compás rítmico de la batería, se despidieron a lo grande con las finales ‘Gafas de Rock’ y ‘Maybelline’.
Rendidos a 091
La intro más clásica de 091 nunca sonó tan emocionante como ayer. La banda sonora de la película ‘Hasta Que Llegó Su Hora’, del genio de la composición recientemente fallecido, Ennio Morricone, situó a los espectadores ante la escena clásica de un duelo final. Y es que con la banda granadina todas las canciones parecen ser siempre la última, por la actitud, por la letra y la sobriedad interpretativa de un grupo que, tras 20 años, decidió dar continuidad a su regreso tras el clamor popular de su gira de reunión. Pero, siempre serios, para seguir había que hacerlo bien, con nuevo disco, con nuevas canciones y que estuviesen a la altura del mito de un repertorio que se permite el lujo hasta de dejarse fuera joyas como ‘Cómo Acaban Los Sueños’, ‘Nada Es Real’ o ‘Cuando Pierdo El Equilibrio’. Por eso, la primera parte de su actuación se centró en los temas de ‘La Otra Vida’, su primer álbum de canciones inéditas en 25 años.
De ahí que avisaran desde el inicio con ‘Vengo a Terminar Lo Que Empecé’ y ‘Condenado’. Dos temas que se mueven en el equilibrio de sus elementos clásicos y con sabor a actualidad. Pero eso no significa que las antiguas hayan perdido vigencia. ‘El Baile de la Desesperación’ y ‘Zapatos de Piel de Caimán’ causaron furor en un público que, respetuoso con las normas como es necesario, celebró con los brazos en alto, para después disfrutar de las recientes ‘Mañanas de Niebla en el Corazón’ y ‘Naves Que Arden’, con sus hechuras de single imperecedero.
El quinteto, acompañado en esta gira de teclista, formado por José Ignacio Lapido y Víctor Lapido a las guitarras, Tacho González a la batería, Jacinto Ríos al bajo y José Antonio García a la voz continuó con ‘Este Es Nuestro Tiempo’ y ‘Huellas’, una de las más celebradas en un primer tramo que dejó claras las bases de la actuación. El placer de disfrutar del trabajo bien hecho desde el espectacular bajo Rickenbacker de Ríos, pasando por la guitarra de rítmica de Víctor, que también tuvo lúcidos momentos solistas y la precisión cirujana de Tacho en la batería.
‘Tormentas Imaginarias’, ‘Cartas En La Manga’, ‘Por El Camino Que Vamos’ o ‘La Noche Que La Luna Salió Tarde’ levantaron un tanto el pie del acelerador. Lo que hacía presagiar que nada de un tiempo ‘festivalero’, concierto completo, a la vieja usanza, rozando sus dos horas de duración. El nuevo apretón llegaría ‘En La Calle’, para ‘Al Final’ contemplar ‘Un Cielo Color Vivo’ con el que afrontar la primera despedida, al son de tres himnos indiscutibles: ‘Canción del Espantapájaros’, el riff inmortal de ‘La Torre de la Vela’ y ‘La Calle del Viento’.
Pero, sin duda, es el dúo a lo Jagger-Richards de José Ignacio Lapido y José Antonio García quien mueve el motor de una banda antológica. La pulcritud de sonido permitía gozar de cada rugido de la Gibson SG de Lapido, mientras que García demostró por enésima vez su ‘pacto con el diablo’ manteniendo la tonalidad y tesitura vocal que le hacen ser una de las más inconfundibles del género. Pura magia la suma de tanto talento.
Así, se afrontarían unos generosos bises con las semi acústicas ‘Soy El Rey’ y ‘Leerme El Pensamiento’, para rugir con ‘Esta Noche’ y ‘¿Qué Fue Del Siglo XX?’, que sigue siendo un retrato espectacular y generacional. Todavía quedarían dos regalos más con ‘Otros Como Yo’ y ‘La Vida Qué Mala Es’… aunque, sin lugar a dudas, con grupos como ‘los Cero’, grito de guerra coreado en varias ocasiones anoche, es bastante más llevadera.