La cifra que le da título a este artículo corresponde a la suma de las personas, con nombres y apellidos, que se encuentran en nuestra provincia en una lista de espera para una intervención quirúrgica o para una cita con el especialista. Podría ser alguno de sus vecinos, su hermano, su madre, su abuela o su hijo quien está en esa lista esperando a que lo llamen mientras pasan las semanas y los meses sin que reciban ninguna noticia, sin que nadie se ponga en contacto con ellos. Igual hasta puede ser usted quien, al leer estas líneas, levante la mano para decir sí, yo también estoy esperando.
En estos días hemos escuchado a altos cargos del Gobierno andaluz defender tantos por ciento que solo complacen al que los cuenta, anunciar otro plan – en el entendido de que el que hay no funciona- y lo único que se me ha venido a la cabeza es otra cifra: 514, que son los días que tiene que esperar de media cualquier usuario del hospital La Inmaculada de Huércal-Overa para que lo vean en Neumología.
El Gobierno de Moreno Bonilla se ha quedado sin excusas después de llevar siete años destrozando la sanidad pública a pico y pala, destinando ingentes cantidades de dinero de las arcas andaluzas a clínicas privadas y el resultado de todo eso es sencillamente intolerable. Hay más personas en lista de espera que nunca cuando, curiosamente, Andalucía tiene más recursos que nunca. Pero es más, cuando incluso puede aumentar las inversiones en sanidad de manera considerable, rechaza la condonación de una deuda de casi 19.000 millones de euros que le ha ofrecido el Gobierno de España. ¿Quién rechazaría que le pagaran una parte de la hipoteca de su casa?
En Almería, la cantidad que el Ejecutivo del Partido Popular desvió hacia la sanidad privada durante el pasado año fue de 16 millones de euros y a principios de año se anunciaba que, lo que denominaron plan de choche para reducir la lista de espera de las intervenciones quirúrgicas, se ampliaba con otros 17 millones. De esa lista en la que siguen miles de almerienses tan solo han salido en un año 820 personas. ¿De qué ha servido dilapidar tanto dinero público? ¿Por qué no se ha empleado en fortalecer la sanidad pública? ¿Cómo no está dando explicaciones urgentes el presidente de la Junta de lo que está ocurriendo tras siete años en el cargo?
Sólo sabe el trago que se pasa quien está en una lista de espera y conoce cómo pesa la incertidumbre de un diagnóstico o de una operación. Cómo se vive eso en una familia, cómo cunde la desesperación. Cómo duele que quien tiene el deber de poner los medios para que te atiendan, no lo haga.