Los resultados electorales de este 10N van a precisar mucho más análisis del que, por cuestiones de urgencia, podamos hacer en este momento, pero lo primero que llama a una reflexión de las distintas formaciones políticas en Almería es dónde han ido a parar los votos.
Con prácticamente la misma participación, el PSOE ha perdido 10.000 votos y Unidas Podemos casi 5.000, que ya suman 15.000 menos en la izquierda.
Ciudadanos ha perdido 34.000 votos, pero el PP solo ha subido algo más de 3.000, y Vox lo ha hecho en 22.000, que justificarían unos 25.000 o 26.000 votos.
Por tanto, tenemos 25.000 votos perdidos entre derecha e izquierda, pero lo que resulta más interesante es comprobar que si el PP sube y Vox también, mientras cae el PSOE, los votos perdidos por Ciudadanos no han ido a los socialistas, y en todo caso, en una cantidad muy pequeña a los populares, por lo que según las matemáticas, la inmensa mayoría habrían ido a Vox.
Si esto es así, y es al menos lo que dicen los números, Vox tendría los pies tan de barro como Ciudadanos. Lo que hizo crecer a Albert Rivera fue la situación de Cataluña, lo mismo que ha empujado a Santiago Abascal.
Lo que ha hundido a Rivera es que se le ha visto más como parte del problema que de la solución, porque teniendo la oportunidad de desbloquear la situación política, lo rechazó. Probablemente Sánchez al ritmo de “con Rivera no”, no habría aceptado ningún pacto con él, pero a él no le vio la mano tendida que esperaban sus votantes.
Por eso, si a Vox se le percibe como parte del problema, con sus estrafalarias medidas y retrógrados y falsarios argumentos, le puede acabar pasando como a Ciudadanos. Pero desde luego, todo está por ver, y ahí tenemos 25.000 votos que no sabemos dónde están… y el que los encuentre ¡suyos son!