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28F: Entre las mentiras del PSOE y la ignorancia del resto

Por Rafael M. Martos
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viernes 25 de febrero de 2022, 16:13h

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El grado de cinismo falsario y de manipulación histórica que el PSOE-A es capaz de ejercer sobre el proceso autonómico andaluz tiene difícil parangón, y para muestra, la Proposición No de Ley presentada en el Parlamento bajo el epígrafe “Día de Andalucía: la mayor expresión cívica y democrática del pueblo andaluz”.

Lo peor es tras la lectura de la PNL por parte del parlamentario socialista cuyo nombre prefiero callarme, fue respondida por el resto de portavoces desde la más absoluta ignorancia de los hechos… no, la de Izquierda Unida prefirió dedicar su tiempo a la crisis del PP, a hablar de la Comunidad de Madrid. Los demás fueron incapaces de desmontar ni una sola de las mentiras del socialista, más allá de que quien habló en nombre de Vox dijo ser pequeño cuando aquello, pero dijo que aquello fue cosa de políticos que arrastraron a la ciudadanía… sí, se nota que era pequeño y luego no ha estudiado historia; y Ciudadanos y el PP se limitaron a criticar que el PSOE se arrogara todo el protagonismo, cuando éste correspondió al pueblo andaluz; ambas cosas ciertas, pero con tufillo demagógico porque se quedaron ahí.

Vamos a refrescarles un poco la memoria a todos los desmemoriados, y podríamos remontarnos a la II República y el deleznable comportamiento del PSOE en aquellos años de organización de la reivindicación autonomista, o podríamos hablar de cómo rechazó incluir el “andalucismo” como fuente ideológica en los estatutos del PSOE-A cuando se constituyó, a petición precisamente de la delegación almeriense.

Pero no, vamos a centrarnos en la PNL, que además de falsear la historia, incluye ciertos argumentos para evitar que pudiese contar con el voto favorable del Partido Popular y Ciudadanos, dando una muestra más de un sectarismo sin precedentes.

Comienza la PNL mencionando la constitución de la Asamblea de Parlamentarios Andaluces tras las elecciones generales del 15 de junio de 1977, y señala que tenía mayoría de izquierdas, pero no “recuerda” que el PSOE y la UCD tenía igual número de escaños, como tampoco que fueron ellos, los socialistas quienes pusieron trabajas a institucionalizar este ente, tal como puede verse en cualquier periódico de la época.

Recuerda que la primera decisión fue la convocatoria de la manifestación proautonomía del 4D de 1977, pero olvida que quien la impulsó fueron asociaciones y colectivos de la sociedad civil, como Almenara por ejemplo, y que hasta el PSA, custodio del legado de Blas Infante por expreso deseo de su familia, cedió para ella la bandera que le costó la vida para que fuese portada por niños, eludiendo cualquier protagonismo político en aquel acto. Tampoco dice que todo aquello se decidió por unanimidad.

Habla de que el 4D fue desde ese momento el Día de Andalucía, y la pregunta es por qué si tanto reivindican aquella fecha, luego establecieron vía Estatuto de Autonomía, el 28 de Febrero.

Lo que tampoco cuentan los socialistas en su PNL es por qué Andalucía tuvo que someterse aquel infame referéndum, por qué ellos pactaron con los nacionalistas vascos y catalanes, así como con la UCD, que solo esos territorios tuviesen autonomía plena, y a nosotros nos relegaban a una mera descentralización administrativa. ¿Por qué Felipe González y Alfonso Guerra no defendieron desde el primer momento la autonomía andaluza en plano de igualdad con los del norte? ¿por qué nos obligaron a pelearla?

Habla del asesinato de Manuel José García Caparrós en Málaga, “por un componente de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la desidia de los restos del franquismo en las instituciones públicas”, pero no dicen por qué en todos los años de Gobiernos del PSOE el expediente de aquel siniestro crimen fue mantenido como secreto oficial.

Si seguimos leyendo la PNL encontramos otro dato interesante igualmente manipulado. Se detalla el Real Decreto-ley de 27 abril de 1978 que dio paso a la llamada “preautonomía”, y se pone el énfasis en que ese ente lo presidió el socialista Plácido Fernández Viagas, pero no que contó con el apoyo de once partidos políticos de todo el espectro ideológico, del llamado Pacto de Antequera, con el compromiso de redactar y conseguir aprobar un proyecto de Estatuto para Andalucía. Pero no es que lo que ellos llaman derecha no se opusiera a Fernández Viagas, ni se opusiera al ente, es que ese Real-Decreto lo firmó la UCD, existió porque el presidente Adolfo Suárez estampó en él su firma.

Además al PSOE se le olvida el papel fundamental que tuvo Manuel Clavero Arévalo, quien renunció a su cargo de ministro para defender los intereses autonómicos andaluces, y olvida que la propia UCD se rompió porque en Andalucía defendió la autonomía, frente a la dirección estatal que se oponía a ella.

Habla el PSOE de la “firme decisión” del presidente del ente preautonómico Rafael Escuredo en defensa de nuestros intereses autonomistas, y es cierto, pero olvida la guerra relatada en páginas y páginas de periódicos de la época, entre él y sus compañeros Felipe González y Alfonso Guerra. Una guerra que acabó años más tarde, con Escuredo apartado de la vida política y repudiado por el PSOE.

Pero hay otra elusión más en su relato, cuando explican que él “puso en marcha la iniciativa de constituir la Comunidad Autónoma de Andalucía por la vía excepcional del artículo 151 de la Constitución española” pero no cuentan por qué. Es decir, por qué Andalucía tenía que hacer ese referéndum que no hizo Cataluña ni Euskadi… y no lo cuenta porque fueron González y Guerra quienes pactaron con UCD, vascos y catalanes, que no tuviésemos autonomía, y tras el 4D, pactaron complicarnos hasta la desesperación el acceso a ella, como fueron ellos quienes pactaron la endiablada pregunta del mismo.

No se recuerdan unas condiciones más infames para superar un referéndum que aquellas acordadas por el PSOE. El sí debía ganar por mayoría absoluta sobre el censo electoral (no sobre los votantes) en cada una de las ocho circunscripciones, para que saliera aprobada la decisión. Y eso, después de que además fuese impulsado por un numero abrumador de ayuntamientos de cada provincia, y contara con el respaldo de las diputaciones provinciales, y de nuevo pincharon en hueso, porque incluso las más a la derecha, apoyaron el proceso autonómico.

El PSOE reconoce en su PNL que el referéndum “técnicamente” se perdió, pero no explica por qué entonces se empeñaron en convertir ese en el Día de Andalucía, en vez de mantener el 4D.

Volvamos a la PNL, que afirma que “Este 28 de febrero de 1980 queda como recuerdo de una traición de la derecha andaluza a esta tierra y su relato queda indeleble, en primer lugar porque intentaron torcer la voluntad mayoritaria de Andalucía para llevarla por otro camino distinto al del 151 de la Constitución española, el 143, y cuando no pudieron, por la actitud firme de la izquierda andaluza y sus partidos, PSOE y PCE, se avinieron finalmente a acordar la rectificación de los resultados del referéndum en Almería, mediante modificación de la ley que regulaba estas consultas y el acuerdo de sus parlamentarios provinciales”.

Mentira de principio a final. Si por derecha se refieren a la UCD, ya que el resto era insignificante, hay que recordar que la UCD en Andalucía apoyó la autonomía por el 151 a pesar de los mensajes en sentido contrario desde el Estado.

Es realmente un insulto a los andaluces en general, y a los almerienses en particular, que el PSOE afirme que tras lo acontecido el 28F se produjo una “rectificación de los resultados”. Solo se puede usar ese término si se reconoce que los almerienses se equivocaron al votar: Y no fue así. En Almería hubo 10 veces más sies que noes. No había que “rectificar” el resultado, lo que tenía que haber hecho el PSOE es pactar unas condiciones realmente respetuosas con la democracia, y lo que debía haber hecho es no meternos en aquel lío y reconocer nuestra historia por el autogobierno.

Y tampoco dice, que en aquel escrito que permitió convertir en hecho político-administrativo la voluntad de los almerienses, no solo firmaron los socialistas, también lo hicieron los diputados de la UCD. Es más, resulta que en el Congreso, fueron tres las firmas de la UCD y dos las del PSOE. Y en el Senado, dos socialistas y una de la UCD.

Esos son los datos. El único protagonismo socialista en esos momentos fuera para entorpecer nuestro proceso autonómico, y grave es que no cuente cómo se desbloqueó todo eso, cómo, después de meternos en un referéndum innecesario y cargado de trampas para quienes querían la autonomía, se encontró la vía del artículo 144 para darle salida a la crisis política que se generó. No lo cuentan porque fueron los andalucistas de Alejandro Rojas-Marcos quienes encontraron ese camino, quienes lo negociaron a derecha e izquierda, y también estamparon su firma, mientras que los socialistas sencillamente esperaban que el asunto se pudriera con el único fin de dañar a la UCD; es decir, anteponiendo como siempre los intereses de partido a los de Andalucía.

Es penoso leer que el PSOE, en esta PNL califica de “épica” nuestra lucha por la autonomía, y es que sí, sí que lo ha sido, pero por su culpa. Podríamos haber tenido autonomía plena sin tantas trabas a poco que ellos hubiesen defendido los intereses de Andalucía, en vez de abanderarlos una vez que ya eran clamor popular, metiéndonos en problemas absurdos.

Pero si hasta aquí hemos hecho un relato somero de las falsedades históricas y políticas de la PNL socialista, no es menos grave que en la llamada parte resolutiva de la misma, se proponga la aprobación de unos puntos que nada tiene que ver con el 28F.

Por ejemplo, meter el presunto de despido de sanitarios contratados durante la primera fase de la pandemia del covid19, o el reparto de fondos europeos. Ese es un nuevo manoseo vil del 28F.

Para acabar, piden que se estudie en los colegios la lucha del pueblo andaluz por su autonomía, lo cual estaría muy bien, sino fuera por el cúmulo de falsedades, tergiversaciones, elusiones, y manipulaciones que han ejercido sobre la misma.

A día de hoy, al PSOE le sigue escandalizando como ya le ocurriera durante la II República, el grito de ¡Viva Andalucía Libre! —¿o quizá como les contestara Blas Infante, preferían escuchar un “viva Andalucía esclava”—.

Rafael M. Martos

Editor de Noticias de Almería

Periodista. Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y "Por Andalucía Libre: La postverdad construida sobre la lucha por la autonomía andaluza". Y también de las novelas "Todo por la patria", "Una bala en el faro" y "El río que mueve Andorra"