"Fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador".
Genésis 4.2
La desertización siempre ha aparecido, en la Historia, paralela a la extinción de los conductores de ganado. Al contrario de los que piensan no pocos urbanitas, ebrios de vanidad, los sacrificados héroes que nos proveen de carne no estabulada, de modo permanente, resultan indispensables para la pervivencia de nuestros bosques. Sin rebaños que consuman el matorral combustible, cuando escasean las lluvias tras la primavera, los incendios se vuelven devastadores, de control imposible o muy dificultoso. Si a esta catástrofe recurrente le agregamos el Agrocidio del exterminio del Pastor - palabra que procede del sánscrito, pasando al latín y al griego, de un vocablo que significa 'guardián', y está emparentado con 'pan' -, condenan estas deplorables políticas contra el mundo rural a la propia condición humana.
Por esa singular importancia indispensable de la Economía Primaria, de la infatigable y tenaz labor del ganadero y el agricultor, afirmamos que el ominoso presidente Sánchez, y su impresentable ministrillo Garzonín, el Zampabollos (el de los solomillos de menú en su bodorrio), en nombre de la 'salud pública' - idéntica excusa a la del guillotinador Robespierre durante la época del Terror -, se han convertido en enemigos de toda la Humanidad. El subterfugio mezquino de la Agenda 20 - 30, más conocida como Vente y Trinca, o el del 'cambio climático' atrápalo todo para imponer regulaciones favorables a la gran empresa, subvencionada o favorecida las más veces desde lo Público, podría servir de patente de corso a los infames procedimientos coercitivos del director de la DGT, Pere Navarro, para engrosar las cuentas de los fabricantes de automóviles, con la cachiporra de las multas, para protegernos según dice de la emisión de humos de coches menos nuevos, pero que han pasado el control de CO2 en la ITV, discriminando a trabajadores precarizados e inmigrantes del centro de muchas ciudades medianas, con menos industria que Sierra Leona (¡Navarro y alcaldes cómplices cese o dimisión ya, no dejad que impongan 'etiquetas' a los automóviles privados con similar cinismo al de antaño los nazis insignias distintivas a judíos, homosexuales, gitanos, etc, para discriminarlos!). O también la higienización social puede tornarse muy útil a Periquito Sánchez, y su tropa ministerial del 'ejército de salvación', con el objeto de endosarnos sus abyectas sobredosis de 'ingeniería social' deshumanizadora y sexista ad nauseam.
Por eso, tantos de los que nos malgobiernan contemporizan sin el menor pudor con esa tiranía al sur negacionista de nuestra identidad andalusí, siguiendo la estela salafista y sionista del traidor a sus ancestros Allal el-Fassi, el arrogante progenitor del camelo imperialista del 'gran magreb'. Del mismo modo, la 'izquierda' españolista y los vox-mitivos confraternizan en su baboso entusiasmo solapado con el clerical-absolutismo del zar de pacotilla Putin. La burocratización nazi-estalinista del Campo, que impide o dificulta en extremo las explotaciones agropecuarias, inhabilitan por completo al vendehumos Sánchez y su incapaz gabinete de ministrajos... todos, quien más, quien menos, adversos al Común.
Exhortamos a una resistencia a ultranza, nos va la vida en ello, frente a todo lo que huela a complicidad con ese pseudosocialismo podemita-comunistoide fracasado: en los talleres, en las fábricas, en las aldeas, en los barrios, en las asambleas, en los bares, en cualquier lugar donde aparezcan instamos a exteriorizar nuestra indignación hacia esas ensoberbecidas nulidades, las cuales nos arruinan por sistema a diario. Nos dejan casi indefensos al amputar nuestra milenaria dimensión Euroafricana, serviles ante el expansionismo hipermilitarista, fascistón y cobarde del 'gran magreb', poniendo en serio peligro las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, el Archipiélago canario y el propio Legado Andalusí universal, trocando la gloriosa Herencia de Fez y Tetuán, colonizadas ciudades andalusíes ocupadas por los hampones del majzen, en el mismo vano intento de marroquí-afrancesarlas ahora con las mismas groseras e ignaras formas de españolizarlas sin resultado ayer.
Por todo lo anterior, y por mucho más no reseñado, reunida la Comisión Nacional de Liberación Andaluza, ante el desamparo estatal conculcador de su propia Constitución donde se reconoce nuestra Nacionalidad histórica, el cual no vela por la riqueza de nuestra Herencia Civilizatoria Andalusí (entregada al Narcoestado marroquí en bajeza pareja a la Cultura beduina primordial del Sáhara), adoptamos las siguientes resoluciones:
1.- Reconocemos el 4D como Día de la Arbonaida (del apelativo cariñoso árabe, al-Bulaida, el-Paisito, por la evocación del Hogar Nacional), nuestra Bandera Andalusí milenaria. En este Día, que cambió el curso de nuestro devenir como Pueblo, por vez primera en tiempos contemporáneos centenares de miles de Arbonaidas esmeraldas y albas se enseñorearon en las calles clamando Libertad y Justicia.
2.- Declaramos que el 24D, fecha del inicio de nuestra lucha por la Liberación Nacional Andaluza en época moderna, encabezada en 1568 por Fernando de Válor y Córdoba o Muhammad IV ben Omeya - ad Memoriam, homenaje y tributo eternos -, Día de la Patria Andalusí (Iaum al-Uatan al-Andalusí).
3.- Proclamamos, para que así conste a las generaciones venideras, que el 16E de 929, fecha de la entronización de nuestro padre - Ahmed 'Blas' Infante fue refundador -, el primer jalifa Abderrahmán III ben Omeya, artífice fundacional de nuestra Nación, el Día de la Nación Andalusí (Iaum al-Umm al-Andalusí). No por casualidad aquellos adversarios nuestros genocidas del pasado, los Austrias y Borbones lacayos de la Inquisición, escogieron los primeros un 16 de enero para intentar encubrir el anterior insigne de 929. Los pretéritos esfuerzos Civilizatorios hasta alcanzar este cénit: el Horizonte Millares, el Argar, Tartessos, la Bética romana del emperador turdetano Trajano, las aportaciones de los reinos de Taifas, de los almorávides, de los almohades, el reino de Granada o la Autonomía andaluza sólo expresan, aun con su enorme importancia cultural, realidades parciales, insuficientes. Sí, el 16 de enero de 1556 fue la fecha dispuesta por Karl I de Hispania, y quinto de Deutschland, para entregar a su hijo Philipp II Habsburgo la corona unificada de Castilla y Aragón, sin que Portugal estuviese ni se la esperase. Tampoco se debe al azar que un 16 de enero de 1716 se promulgara el Decreto de Nueva Planta para el Principado de Catalunya, quedando las Leyes de esta última abolidas y sustituidas por las del imperialista reino de Castilla, con los franceses Borbones, dando comienzo oficial al Estado español. Sin embargo, ninguna de esas dos fechas consigue eclipsar la eminente efeméride del 16 de enero de 929, donde al elevarse la Soberanía en grado máximo, al convertir el Emirato andalusí - nominal, pues llevaba siglos emancipado de Damasco - en Califato, con el advenimiento de nuestro inmortal padre Abderrahmán III ben Omeya, las voces de los cristianos sediciosos de Omar ben Hafsún fueron acalladas, por la colosal Fuerza del poder de nuestra Voluntad colectiva de Independencia plena.
En oposición, los otros 16 de eneros de Austrias y Borbones no implican acto fundacional soberanista alguno, pues sus reyes fueron rehenes del poder papal romano y de su criminal instrumento terrorista inquisitorial, a los que cedieron soberanía como hoy los poderes fácticos pesudoandalucistas, y sus títeres politicastros del pesebre, se bajan los pantalones ante el Estado vaticano fundado por Mussolini. Jamás han logrado superar la Gesta civilizatoria Omeya de que el responsable supremo de las Finanzas del Califato de Al-Andalus fuese judío, y el primer representante de la Corte Califal ante el otro gran poder mediterráneo, Bizancio, fuese un obispo, paradigma de Respeto que atraviesa los milenios. Y no significa esta consideración y reconocimiento históricos a nuestro primer padre de la Nación andalusí, unidos los Buldan (Países de...) Al-Andalus, ninguna suerte de nostalgia, o intento de restauración de califato alguno. Tan sólo la constatación histórica de una realidad fundacional evidente, que nos impulsa hacia un mañana libre, soberano, democrático, administrativamente laico y republicano.
Alif e ia, alef y tav, alfa y omega. Como hubo un final habrá un nuevo comienzo. El II Renacimiento andalusí aún asombrará al mundo más que el Primero, y nuestros enemigos, que son los de toda la Humanidad, jamás podrán volver a matar a Abel, ¿o era Abdel...?