El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, sirve como el 28 de Febrero, para asistir a un espectáculo digno de una tragicomedia de esas que se representaban en los patios andaluces. El PSOE, desbordante en creatividad, ha intentado marcar un punto con su campaña "Juanma, yo no te creo". Sin embargo, parece que la estrategia se ha vuelto como un búmeran contra ellos, así que en este 8M, han decidido redoblar sus críticas no solo contra el Gobierno en su conjunto, sino contra Moreno Bonilla personalmente acusándole de machista.
Pero, antes de adentrarnos en esta vertiginosa montaña rusa de la igualdad, conviene echar un vistazo a la historia. Resulta que el PSOE y su camarada de antaño, Izquierda Unida, ahora reconvertido en Por Andalucía, presumen de ser abanderados de la lucha por la igualdad. Pues bien, aquí viene lo más gracioso: ¡el Plan de Igualdad de Andalucía caducó en 2013! Sí, así como lo oyes, caducó y nadie pareció notarlo. No importa si gobernaban PSOE e IU, el plan no parecía tener lugar en su agenda de construcción de carriles-bici sin fin. Ni en el 2014, ni en el 2015, ni en el 2018, ni en el 2019... ¡parece que la igualdad se olvidó por completo hasta que el PP tuvo que recordárselo! Casualidades de la vida.
Pero la comedia no termina aquí. Durante las celebraciones del 28F, Día de Andalucía, el gran argumento contra el Gobierno que unió a toda la izquierda fue ¡la falta de hijas predilectas! El PSOE y sus compañeros de viaje se han desatado por tamaña afrenta, digna de un machista redomado como Juanma Moreno. ¡Cómo se nota la falta de igualdad! Pero... vaya por Dios, no puede ser verdad... o sí... en los años 2000, 2001, 2002, 2004, 2007, 2008, 2009, 2011, 2014, 2015, 2016 y 2018, ¡no hubo ni hijas, ni predilectas! Y todo eso bajo el gobierno del PSOE y los camaradas de IU.
La hipocresía parece ser la moneda corriente en esta obra teatral llamada política. Mientras unos alzan la bandera de la igualdad, sus acciones demuestran todo lo contrario. Así que, en este 8 de marzo, mientras celebramos los avances y reflexionamos sobre los desafíos pendientes en la lucha por la igualdad de género, no olvidemos nunca el doble rasero de aquellos que solo pueden anotarse en su haber dividir el feminismo, no ya entre liberales y progresistas, ni entre progresistas e izquierda, sino dentro de la misma izquierda.
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