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‘Alegría’, una visión desconocida de la ciudad de Melilla y sus culturas

‘Alegría’, una visión desconocida de la ciudad de Melilla y sus culturas

miércoles 24 de noviembre de 2021, 07:40h

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Violeta Salama, directora de la película ‘Alegría’, nos muestra una visión muy personal de su ciudad natal, Melilla, acercándonos a la religión judía y musulmana, religiones que siguen sin tener demasiada visibilidad.

Por Ángela López

‘Alegría’, protagonizada por Cecilia Suárez, es una mujer de unos cincuenta años que ha vivido toda su vida de espaldas a la religión judía en la que creció. En un momento dado vuelve a su cuidad natal, Melilla, para descansar un poco, cuando de repente llega su sobrina Yael de Israel para casarse con un judío melillense, junto con toda la familia. Esta situación le genera a Alegría una catarsis un poco existencial. Sin embargo, en su casa cuenta con Dunia, una mujer musulmana que le ayuda con la casa y que tiene como aliada y familia en la ciudad. A esta unión se une su mejor amiga Marian, una chica católica que actúa como cicerona durante la película, ya que es la que se encarga de enseñar la ciudad y los conflictos de estas cuatro mujeres.

Tal y como nos cuenta Violeta Salama, en la película intenta reflejar todo el tiempo el concepto de Melilla para reflejar su propia visión sobre su ciudad natal: “Melilla es el pueblo donde me crie, de donde es toda mi familia, mis abuelos, mis padres, y quería hacer homenaje a la Melilla que yo sí conocía. Veía que la gente no lograba apreciar la parte más bonita de esa mezcla cultural, la parte más romántica de la ciudad, ese limbo que se ha mantenido intacto en el tiempo y en el que realmente Melilla sigue viviendo esta convivencia, una convivencia que yo había conocido en otros sitios y que creo que ya no existe tanto, y en Melilla si que se ha mantenido. Era importante que se reflejara Melilla como concepto también”.

La directora melillense se apoya en todo momento en el personaje de Alegría, ya que este personaje es una especie de representación de su propia persona: “En ella apoyo todas las contradicciones que me genera a mi también la ciudad de Melilla, la religión en la familia, las distintas formas de relacionarse con la familia que tenemos dentro de un mismo grupo…”. El personaje de Alegría, tal y como explica Violeta Salama, refleja todos los conflictos que ha habido en su propia familia: “Mi abuela siempre decía que en casa solo se discutía por religión, porque al final la intensidad de cómo vive cada uno la religión va cambiando a lo largo del tiempo, no siempre está en un mismo punto, altera un poco las relaciones con los demás”.

Por lo tanto, Violeta Salama quiso crear este personaje en esa contradicción; Alegría parece que está de vuelta porque tiene ya cincuenta años, parece que todo lo tiene seguro. Sin embargo, con el regreso de su hija, su sobrina, toda su familia, de pronto se da cuenta que no tenía todo tan solventado como pensaba.

Por otro lado, Violeta Salama nos hace llegar su delicada experiencia rodando esta película, ya que fue durante los inconvenientes del covid-19: “Fue muy complicado porque Melilla ya de por sí es una ciudad compleja por su ubicación. En la ciudad no contábamos con materiales de rodaje, por lo que con el covid se nos complicó todo un poco más, ya que no había vuelos regulares, no había barcos ni camiones… Además, cuando estábamos rodando allí, Melilla era una de las ciudades con la tasa de contagio más alta y esto hizo preocuparnos mucho al equipo de productores. Tuvimos que hacer mucha concienciación de ‘equipo burbuja’, todo el equipo que vino a rodar a Melilla no pudo ver a sus familiares durante este tiempo. Además, tuvimos que recrear la frontera ya que esta siempre está abierta, pero por el covid-19 estaba cerrada hasta con candado, algo que yo nunca había visto hasta ese momento”. Otro de los objetivos que tenía durante el rodaje de la película era rodar en Israel, pero la pandemia no se lo permitió: “Tuvimos que rodar la parte de Israel en Sevilla y la parte de Marruecos en Melilla. Aun así, hubo una gran involucración por parte de todo el equipo, fueron los más generosos para que pudiésemos resolver todos estos conflictos sobre la marcha”.

Violeta Sarama lleva más de veinte años en el mundo cinematográfico, sin embargo, es su primera vez al frente del rodaje de una película, por lo que notó pequeñas diferencias, pero sintió un apoyo incondicional: “La suerte que tuve es que para rodar mi primera película me traje a todos mis amigos y compañeros técnicos con los que había trabajado durante mi carrera, por lo que estuve muy arropada y bastante cómoda. Es cierto que lo más diferente que noté fue enfrentarme a toda esa parte de postproducción, montaje, ventas, distribución, las cuales no conocía hasta ahora”.

El pasado domingo 21 de noviembre tuvo lugar la rueda de prensa y el certamen de largometrajes ópera prima del Festival Internacional de Cine de Almería 2021 de ‘Alegría’, con lo que Violeta Salama se encontró bastante ilusionada: “En Almería he podido comprobar que el público que ha recibido la película es un público natural, no es público que pertenece a la industria, esto hace que sea más bonito ya que ellos pueden medir realmente el impacto de la película. Además, me hace mucha ilusión que sea en Almería porque siento que están muy cercanos a lo que yo estoy contando. En esta ciudad si existe esta mezcla de culturas más que en otras partes de España, son muy adelantados con la inmigración y viven muchas más generaciones de inmigrantes, entonces creo que ha sido un buen sitio para que el público entienda la trama de manera más cercana”.

Lo que espera la directora almeriense con el estreno de la película ‘Alegría’, el cual tiene lugar el 10 de diciembre de este año, es marcar un interés de hablar de esta mezcla de culturas: “No comprendo por qué no se hablaba más de este tema, de todas estas culturas que tenemos en España. Mi intención es sacar este tema a la palestra, no tanto dar una lección de que la gente aprenda y sepa, pero si sacar el tema para generar un interés y una curiosidad por conocer estas culturas, porque realmente tenemos todavía una herencia judía y musulmana que no estamos valorando, así que debemos empezar a aprovecharla”.

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