Es obvio que las medidas anticrisis del Gobierno de Pedro Sánchez no están funcionado. No lo hacen porque los precios de los alimentos básicos siguen disparados, lo que demuestra que solo ha puesto parches, y además haciendo en ocasiones lo contrario de lo que decía antes... lo cual no es nuevo.
Las medidas deberían incluir una variedad de temas, desde políticas sociales, empleo, economía, salud, medio ambiente y economía circular, fiscalidad, comercio, turismo, justicia, obra pública y transporte, así como consumo.
Entre ellas destacan la eliminación de gastos superfluos en las Administraciones, la reducción del número de Ministerios, Consejerías, Delegaciones, etc., la agilización de la valoración de la dependencia y demás trámites administrativos que tardan años en resolverse, la realización de Planes de Empleos para parados de larga duración o de edad mayor a los 55 años, la revisión de los impuestos asociados a los carburantes realizando una rebaja de los mismos para el abaratamiento del precio final que pagan los consumidores, la bajada de impuestos de productos de primera necesidad de forma estable, el potenciar el reciclaje en el hogar como medio de ahorro en los costes económicos de la producción (cuando pagamos algo envasado en plástico, pagamos el plástico, y si lo estuviese en vidrio, y tuviésemos que devolverlo, nos lo ahorraríamos, por ejemplo), potenciar el transporte público y renovar la flota disponible, la inclusión de la participación de las asociaciones de consumidores en función del territorio al que afecten las medidas, y la realización de un Plan de Inspecciones contra la economía sumergida y los fraudes a los consumidores.
Estas son unas pocas medidas que, aunque conllevan un coste económico, también se pueden llevar a cabo mediante la sensibilidad y las miras políticas adecuadas para la solución de los problemas que los ciudadanos afrontan hoy día.