Seguramente ya lo tenemos olvidado, pero fue un 12 de mayo, es decir, hace casi dos meses, que se celebraron elecciones en Cataluña, y a día de hoy sigue sin haber presidente, no hay visos de que vaya a ser elegido próximamente, e incluso es posible que se tenga que celebrar nuevas elecciones.
El 28 de mayo de 2023 fueron las elecciones municipales en España, y tras la derrota del PSOE; Pedro Sánchez convocó elecciones generales, tras las que tomó posesión el 17 de noviembre. Habían pasado seis meses.
Mientras, Francia demuestra una notable eficiencia en su sistema electoral. Tras las elecciones europeas del 9 de junio, el presidente Macron convocó elecciones legislativas anticipadas para el 30 de junio, solo 20 días después, y este 7 de julio, ya se ha realizado incluso la segunda vuelta, todo en menos de un mes. Esta capacidad de respuesta rápida asegura una transición de poder sin largos períodos de incertidumbre.
Reino Unido es otro ejemplo de eficiencia electoral. El día 4 fueron las elecciones, y el nuevo primer ministro asume el cargo casi de inmediato. Esa misma noche ya puede trasladarse al número 10 de Downing Street, garantizando una transición sin demoras significativas.
En España, deben pasar al menos 54 días desde que se disuelven las Cámaras hasta que votamos, y una vez que lo hacemos, hay que esperar pacientemente a la toma de posesión de los escaños... y luego mucha más paciencia porque no hay plazo para la convocatoria del pleno de investidura, y si la hay a la primera, bien, pero si no, a la segunda, o a la tercera, y así hasta que como ya ha sucedido, igual hay que convocar nuevas elecciones.
No se preocupen, sus señorías cobran incluso antes de tomar posesión del escaño, y quizá por eso a nadie le importa que unas elecciones generales en España supongan un parón de casi seis meses.
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