En tiempos pretéritos, escribo de cuando se inauguró oficialmente Canal Sur (RTVA), presidía la Junta de Andalucía José Rodríguez de la Borbolla. Tras los fuegos artificiales, el primer Director General del Ente Público hubo de dar cuenta de las Cuentas en el Parlamento andaluz después de aquellos inicios con contratación de personal sin ton ni son, con salarios exorbitantes, con derroche de dineros públicos sin medida, en fin, sin registro ni verificación.
Y eso es lo que se proponía el Parlamento: saber adónde habían ido a parar los cuantiosos millones de pesetas que no cuadraban en las cuentas. Querían conocer el lugar, el paradero, los bolsillos, en fin, donde y cómo se guardaba o repartido esa millonada. En su comparecencia parlamentaria, el entonces Director General y máximo responsable de la RTVA, tomó asiento y con el mayor desparpajo conocido hasta ese momento, les soltó a los parlamentarios una frase contundente: “Señorías, vengo chungo de papeles”.
Era la manifestación y demostración de que no hubo asomo de control alguno, de sensatez, de moderación. Y, sin embargo, no sucedió nada, total, era dinero del contribuyente que es sabido que no es de nadie, según ministra que tengo en el olvido. Lo que sí tuvo fortuna fue la frase. El “vengo chungo de papeles” se utilizó durante mucho tiempo a la menor oportunidad en cualquier momento y ocasión.
Dicho esto, hace escasos días el portavoz del psoe en el Congreso vino a decir que los pactos con Junts de última hora se habían hecho “de aquella manera”. Se entendió a las claras lo que Pachi López quiso expresar: cesiones a todas las demandas, urgencias, apresuramientos, confusión, atropellos, cosillas.
Atendiendo al silogismo de Pachi López, o sea, razón que se ofrece como fundamento con el fin de que otras personas puedan aceptar racionalmente la consecuencia, podríamos evaluar que Pedro Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno tras la moción de censura “de aquella manera”. Del mismo modo, estaríamos en condiciones de maliciar que este Gobierno nos gobierna “de aquella manera”, es decir, atropelladamente, fanfarronamente, humillantemente. Y ya puestos, quién nos dice que este mejunje de amnistía, con absoluto desprecio a la Constitución y a los ciudadanos que no somos independentistas, no es bajarse los pantalones “de aquella manera”.
Sinceramente, es cansino observar los movimientos calculados en su propio beneficio de los grupos parlamentarios. Es una burla al sentido común, al bienestar e interés ciudadano, al respeto a la Ley. Es un compadreo sinvergüenza y vulgar de compraventa con todo acordado “de aquella manera”.
La política en España es fea, sucia, contaminada, sórdida, nuestros políticos han logrado que hasta la palabra política suene a grasienta. Es lamentable dejar de creer en la Política, por mucho Aristóteles que uno lea, por mucho que el concepto y nombre de democracia como forma de gobierno se originase en la antigua Atenas, alrededor del año 508 a. C. Tantos años, siglos de democracia, para llegar a esto. Es como para enviar a los políticos a tomar “de aquella manera”.