La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Andalucía ha vuelto a alzar su voz en contra de los precios que las industrias cítricas están ofreciendo por la naranja destinada a zumo, denunciando que estos no cubren ni siquiera los costes de producción. Este reclamo se produce en un contexto donde los precios internacionales del zumo de naranja alcanzan máximos históricos, lo que genera una notable discrepancia entre el valor de mercado y lo que se paga a los agricultores.
Según la información recopilada, los precios actuales de la naranja en España no han reflejado la tendencia al alza que se observa en los mercados internacionales, donde el zumo de naranja se cotiza a niveles sin precedentes debido a la escasez de producción en países como Brasil, afectado por la sequía y enfermedades. Sin embargo, en el mercado local, las industrias de transformación han mantenido o incluso bajado los precios de compra a los productores, situándolos por debajo de los costes de producción, lo cual pone en riesgo la viabilidad económica de muchos agricultores.
Ricardo Serra, presidente de ASAJA-Andalucía, ha solicitado intervención tanto de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) como del Ministerio de Agricultura, para que tomen medidas ante esta situación que califica de "abusiva". Serra enfatiza que "sin el agricultor y sin la producción en el campo, toda la cadena alimentaria se desploma", subrayando la necesidad de que los precios sean rentables para mantener la producción local.
ASAJA también ha señalado el problema de la competencia desleal de naranjas procedentes de terceros países, que llegan a la UE con costes de producción mucho menores y sin cumplir las mismas normativas medioambientales y fitosanitarias que se exigen a los productores españoles. Esta situación, según la organización, no solo afecta los precios, sino que también distorsiona el mercado y la equidad en la competencia.
La organización agraria ha instado a los agricultores a no aceptar ventas a pérdida y ha solicitado una revisión de las prácticas comerciales para asegurar que se cumple la Ley de la Cadena Alimentaria, la cual debería garantizar que cada eslabón de la cadena obtenga una remuneración justa. ASAJA ha hecho un llamamiento a los consumidores para que sean conscientes del origen de los productos que compran y apoyen a los productores locales.