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Así nació CASI
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Así nació CASI

viernes 01 de mayo de 2020, 17:12h

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La Consejería de Cultura dedica el Documento del mes de mayo al cooperativismo agrario en Almería




El Archivo Histórico Provincial de Almería dependiente de la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, dedica su Documento del mes de mayo al Día del Trabajo, una iniciativa que se lleva a cabo en todos los archivos andaluces. En el caso de Almería el nombre del Documento es ‘El germen del cooperativismo agrario en la provincia: De la Violeta a la CASI’. Se trata de un documento que ha cedido y documentado el catedrático de Historia Económica de la Universidad de Almería, Andrés Sánchez Picón.

Desde 2019 una de las entidades cooperativas más importantes del sector agrario de la provincia está celebrando su 75 aniversario. La Cooperativa Agrícola y Ganadera San Isidro (CASI) es la decana de Almería al ser fundada en 1944; pero es que además la cooperativa tuvo un antecedente remoto, pero con una clara conexión, en una Sociedad de Labradores y Colonos de las Vegas de Almería denominada La Violeta y que se funda en 1904. Entre los impulsores de esta agrupación contamos con algunos de los que reaparecen en el núcleo de fundadores de CASI; en particular su primer presidente , José García López.

La Violeta se mantendría en actividad hasta los años de la Guerra Civil y según su reglamento sus fines eran muy amplios, abarcando tanto la promoción de la enseñanza técnica para mejorar la productividad, como fomentar la innovación, con la introducción de nuevos métodos y maquinaria, sin olvidar la vigilancia y el cuidado de la red de regadío, la mejora de los caminos rurales o la mejora “moral” de la población labradora mediante la educación y el combate contra el analfabetismo. La sociedad de colonos a tal fin se planteaba no solo la promoción de la asistencia a la escuela de las familias campesinas, sino también, si sus recursos lo permitían, el sostenimiento de establecimientos de enseñanza. También era una finalidad preferente la de recabar de los poderes públicos la introducción de abonos, semillas y maquinaria que hubiera que traerse de fuera, y sobre todo el apoyo a la salida comercial de la producción de la Vega “para que se favorezca la concurrencia al mercado de esta capital y se permitan las exportaciones que puedan hacerse a otros mercados de nuestros productos agrícolas”.


Labradores que cultivaban la tierra


Los impulsores de La Violeta eran, como aparece en la denominación de la sociedad, colonos de las vegas de Almería; labradores que cultivaban en buena medida tierras de las que no eran propietarios, y que eran explotadas en régimen de aparcería o arrendamiento. A lo largo del primer tercio del siglo XX este grupo social, mayoritario en la vega almeriense, va a ir incrementando su protagonismo, constituyéndose como un incipiente pequeño empresariado agrícola que impulsará la renovación de los cultivos y en particular la expansión de la producción de patata, introducida en la centuria anterior, pero que experimenta un gran desarrollo en las primeras décadas del siglo XX.

El poco más de centenar de labradores que sostienen a La Violeta en estos años estaban íntimamente relacionados entre sí. Las sagas familiares (los García López, Miras, Ventura, Asensio, Bretones, del Águila, etc.) se encuentran representadas ampliamente tanto en los listados de socios como en la composición de las juntas directivas de la organización de los colonos de las vegas y huertas de Almería. A partir de un listado con los 130 socios de La Violeta elaborado en torno a 1925-1930 podemos hacernos una idea de su implantación territorial. La mayor parte de los asociados habitaban en las huertas de la ciudad y en la Vega de Acá (al oeste del río Andarax).
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