Vox y Sumar son dos partidos que aspiran a tener un papel relevante en la política española tras las próximas elecciones generales. Vox, que quiere ser determinante en los ayuntamientos salidos del 28M con el PP, aspira a ser socio preferente tras el 23J, y Sumar espera poder pactar con el PSOE para formar un gobierno progresista. Sin embargo, ambos deberían tener cuidado con los pactos que pueden ser letales para su futuro.
La historia reciente nos muestra que el partido minoritario en una coalición acaba yendo a menos o desapareciendo. Podemos es el ejemplo más reciente y claro: tras pactar con el PSOE de Pedro Sánchez, ha perdido apoyo popular, credibilidad y representación. Desde que se produjo ese acuerdo, cada vez que ha habido elecciones, Podemos ha ido reduciendo su base electoral. Sí, habrá quien argumente que no puede establecerse la relación causa-efecto, pero no podrá negar que eso es lo que ha sucedido.
Porque no es el único caso. Izquierda Unida también sufrió las consecuencias de pactar con el PSOE en Andalucía, y tuvo que agarrarse a la ilusión generada por Podemos para recuperarse levemente de las consecuencias de aquel acuerdo. Y lo mismo le ocurrió al Partido Andalucista, que desapareció tras apoyar al PSOE durante varias legislaturas.
En el otro lado del espectro político, Ciudadanos también pagó caro su pacto con el PP en Andalucía o en Madrid, donde ha acabado diluyéndose como un azucarillo.
Se podrá revestir como se quiera, se podrán detallar problemas de liderazgo, coyunturales, relativos a la Ley Electoral, a cambios de tendencia… pero el hecho es el que es.
Estos ejemplos deberían servir de aviso a Vox y a Sumar: entrar en gobiernos con el PP o con el PSOE puede ser tentador, pero también puede ser mortal, y deberían recordar que los mejores resultados electorales que suelen tener las formaciones minoritarias es cuando apoyan desde fuera, pero claro, eso les impide a los suyos tener altos cargos, con sus nóminas, sus coches, sus despachos, su cuenta de protocolo…
A la pregunta de por qué ocurre eso se le pueden dar varias respuestas, y una de ellas es que, cuando la ciudadanía percibe que votando a unos, al final van a gobernar otros, pues la verdad, casi es mejor votar directamente al que acabará teniendo el poder. Pero también que cuando un partido minoritario entra en un gobierno apostando por la radicalidad del mensaje, al cabo de cuatro años, muchos de sus votantes acaban considerando que no han estado en los temas importantes sino en los accesorios (porque esos son los que marcan su personalidad), es decir, que el cabreo se les pasado; y otra razón es que incluso cuando esos partidos pequeños lo hacen bien, quien lo capitaliza es el grande, que es el responsable de la gestión general.
Sean esas u otras las razones, lo que no tiene discusión es que probablemente a Podemos o a Ciudadanos, y en el futuro a Sumar y a Vox, les iría mejor si eluden el pacto de gobierno, si aceptaran quedarse fuera y tuviesen acuerdos puntuales. En Vox, que tiene encima este tipo de decisiones que tomar en ayuntamientos y comunidades, deberían pensárselo. Sumar todavía tiene margen, porque al ritmo que van, igual ni llegan a tener que planteárselo
El problema es que eso igual no es tan rentable económicamente.