Todo parecía indicar que Gran Bretaña y Francia habían emprendido un viaje a ninguna parte como los ¨cómicos de la legua¨, en la novela del gran Fernando Fernán Gómez, pero las grandes naciones lo son por sus ciudadanos y estos han dado un gran lección de madurez democrática.
Hemos asistido hace unos días, a las elecciones en Reino Unido, se ha producido un vuelco tal y como pronosticaban los sondeos. El Partido Laborista de Keir Starmer ha ganado por mayoría absoluta, mientras que los conservadores han sufrido la peor derrota de su historia tras 14 años en el poder. Sería injusto en mi opinión centrar el descalabro de los conservadores en el primer ministro Rishi Sunak, ha sido un proceso de deterioro que comenzó con Cameron y continuó con May, sobre todo con Jhonson y con Truss. Políticas extemporáneas en el contexto de globalización económica y sobre todo el concepto trasnochado del imperio británico, un desajuste conceptual anacrónico que les ha hecho tomar decisiones absolutamente erróneas.
Cameron cometió un error histórico y colosal, que produjo la entrada del populismo en el control de los tories y lo más grave en el gobierno de Gran Bretaña. Las consecuencias han sido devastadoras en la economía y la sociedad británica. Han pasado de ser un país relevante y referente de la Unión Europea a un país independiente, irrelevante y con problemas muy importantes, están sufriendo el deterioro de los servicios públicos a un ritmo acelerado, la protección social se está viendo afectada y su evolución económica es negativa sin paliativos, Broken Britain.
Pero como siempre cuando alguien abandona la posición, es ocupada por otro. El espacio de la moderación, de la estabilidad, de la transversalidad y del centro, ha sido ocupada en estas últimas elecciones por el partido laborista. Esta frase que ha pronunciado Starmer tras su victoria electoral, ¨primero el país y después el partido¨, indica la vuelta a la utilidad de los laboristas en Reino Unido.
La deriva populista conduce a situaciones de consecuencias muy graves en el plano económico y social. Ayer en Francia en las elecciones al parlamento convocadas por el Presidente de la República, al contrario que en Reino Unido, las encuestas han fallado, daban la victoria a la extrema derecha, pero finalmente una sociedad castigada por graves problemas de diversa índole, ha dado una respuesta a la altura de su gran historia.. Es cierto que el partido del presidente Macrón, ha sufrido una bajada de escaños significativa, pero ha quedado en segundo lugar tras el vencedor, que ha sido la Coalición de partidos de izquierda, así que seguirá siendo decisivo para centrar y moderar el gobierno de nuestro país vecino.
Y aquí en España? Pues tenemos el factor Vox, que sin duda se está alineando cada vez más de forma indeleble con la ultraderecha más radical, ha dejado el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) para formar parte de los Patriotas por Europa, donde se alojan los partidos populistas ultraderechistas. Y este partido facilita el gobierno o gobierna con el PP en muchas comunidades autónomas, Castilla y León, Aragón, Murcia, Valencia, Extremadura y Baleares.
Uno de los puntos que causan mayor conflicto es la inmigración, Vox está en contra del plan del Gobierno de España para que las Comunidades Autónomas participen en la acogida a los menores inmigrantes, este asunto va a causar problemas a los gobiernos de coalición PP y VOX, a pesar de de la reciente afirmación del portavoz del PP en el Congreso, cuando dijo que la Armada española debería intervenir en esta cuestión. Una afirmación absolutamente contraria al papel que la Constitución Española determina para nuestro Ejercito. Un portavoz de un partido de gobierno como es el PP, no debería permitirse expresar esta ¨boutade¨ bajo ningún objetivo, ya sea para ocupar espacio político de VOX y así incrementar el flujo de votantes hacia el PP o bien acercarse a sus posiciones, espero que desde la retórica exclusivamente, para evitar colisión por este asunto.
El PP debe definirse, hasta ahora está jugando con una bicefalia premeditada, para ocupar todo el espacio político a la derecha del PSOE, pero eso le está llevando a confundir a sus posibles votantes de centro. La absorción de facto de CS sí consiguió el objetivo de centrar el partido. Pero ahora la estrategia de adoptar postulados de VOX y sobre todo gobernar con ellos, puede expulsar al votante moderado. La ocupación de espacios por abandono del contrincante, se puede producir con mayor rapidez de lo previsto, como hemos visto en las elecciones de los principales países europeos.