Ha sido bien recibido el anuncio hecho por el alcalde de Almería, Ramón Fernández Pacheco, en el debate sobre el estado de la ciudad, de que el Ayuntamiento asumirá el coste de la rehabilitación del Cable Inglés ante la incompetencia de la Junta de Andalucía, titular de este Bien de Interés Cultural (BIC) sobre el que ha hecho tantas promesas como convocatorias electorales se han producido en las últimas dos décadas.
Con 26 millones de superávit oficial en 2016, en Almería hay calles abiertas en canal por los baches, las hay sin aceras, o con ellas destrozadas, hay zonas sin iluminación o con iluminación deficiente, hay plazas con bancos rotos que no se reponen en años y años, hay zonas de juegos sin juegos, hay zonas verdes que en realidad son asfalto pintado de verde, hay pasos de peatones que sólo logran intuirse al estar prácticamente borrados… ahí es donde el Ayuntamiento tiene que invertir el dinero que recauda de los impuestos de los ciudadanos de la capital.
Mientras haya una sola calle o un solo barrio con algún tipo de carencia, no parece lógico que el Ayuntamiento destine ni un céntimo a cubrir competencias que son de otras administraciones, y más cuento eso contradice su propia filosofía.
Podríamos preguntarnos por qué no se ha invertido dinero municipal en la antigua estación de ferrocarril, o podríamos preguntarnos por qué el anuncio hecho por el entonces concejal Pablo Venzal de que el Ayuntamiento pagaría el soterramiento del paso a nivel de El Puche, no se ejecutó.
Pero también podemos preguntarnos por qué al equipo de Gobierno le parecía mal que el Ayuntamiento adelantase el dinero para la Casa del Mar, alegando que era competencia autonómica. Y siguiendo la misma línea, podríamos preguntarnos por qué no construyó entonces el IES de El Toyo. O hace un conservatorio nuevo.
El gran reto del alcalde Almería es que los vecinos del Alquián tengan los mismos servicios que los del centro de la ciudad, que los de La Cañada no piensen que viven en un pueblo ajeno a la capital, que los de Loma Cabrera o Venta Gaspar no sientan son ciudadanos de cuarta… donde no llega la limpieza, donde no llega la poda, donde no llegan los jardines, donde no llega la Policía Local… El gran reto en esta ciudad es el equilibrio, porque a nadie se le escapa que si el Parque del Boticario -por ejemplo- estuviera en otro sitio, el Ayuntamiento de la capital ya estaría exigiendo a la Junta que se lo traspasara para ponerlo en condiciones... pero como está donde está... pues ni la Junta lo atiende ni el Ayuntamiento lo reclama ni exige que lo arregle... y "recuperarlo" y mantenerlo costaría menos que rehabilitar el Cable Inglés, pero eso... que está donde está... pues eso, que no es como el Parque de las Familias, ni como la Rambla, ni como el del Andarax... que el del Boticario está "p'allá", donde se va una vez al año por las fiestas.
Que el Cable Inglés debe ser rehabilitado es justo y necesario, pero lo tiene que hacer la Junta de Andalucía, y a ella es a quien hay que exigírselo, como al Ministerio de Fomento la de la estación.
¿Pero no quería imponer el PP aquello de “una administración, una competencia”? ¿o va pasar como lo de quitar los “puentes”, o que el IVA se pagara a Hacienda tras cobrar la factura?
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