No les voy a decir que sé quién será la candidata del PSOE en las elecciones municipales de la capital porque les mentiría, pero sí que existen algunos detalles que pueden darnos pistas, y ya lo deducen ustedes.
La primera clave es que si los socialistas andan retrasando el nombramiento de la candidata, y lo hacen en aras del consenso, solo puede significar que no existe a día de hoy tal consenso. Es decir, que las espadas están en alto y que nadie cede, y si alguno cede, no lo hace en grado suficiente.
Sí, he dicho “alguno”, porque a pesar de que los nombres que se mueven son los de dos mujeres, la actual portavoz municipal, Adriana Valverde, y la exparlamentaria Noemí Cruz, en realidad detrás de ellas quienes mueven los hilos son hombres. Eso no es ni bueno ni malo, solo es un hecho.
Valverde no ha tenido ningún empacho en reconocer públicamente que quiere volver a ser candidata, y tampoco ha tenido ningún problema es destacar cuáles son sus fortalezas para serlo, como el conocimiento de los problemas de la ciudad y del funcionamiento municipal, así como su proyección pública.
De otro lado, Cruz ni tan siquiera ha manifestado de modo público que esté dispuesta a dar el paso correspondiente a presentarse a unas primarias, y evade como puede la respuesta cuando se le pregunta por el asunto, agarrándose al argumentario oficial de que el partido tiene sus tiempos, de que hay unos plazos, hay que buscar buenas candidaturas… en fin, lo de siempre.
Pero también hay otro asunto no menor, y tiene que ver con el “algunos” al que hacía mención anteriormente.
La Agrupación Socialista de Almería capital sigue controlada por los “pedristas”, de los que son fieles escuderos Indalecio Gutiérrez y Fernando Martínez, el primero senador y el segundo secretario de Estado de Memoria Histórica, y por tanto, inserto en la estructura amplia del Gobierno de Pedro Sánchez, que a su vez es el más amplio de los últimos 45 años.
Por otro lado, aunque ya no hay “susanistas”, lo que sí hay son opositores a Sánchez, digamos que son “los otros”, y esos “otros” son los que siguen controlando la dirección provincial del PSOE que lidera Juan Antonio Lorenzo Cazorla. Y con ellos es con quien siempre se fotografía Noemí Cruz a cuenta de lo que sea, y no pierde la oportunidad de hacerlo para lo que haga falta, desde el cambio en la Alcaldía de Fuente Victoria, hasta temas del Parlamento Andaluz, o quejas de Juventudes Socialistas… y si aparece Juan Espadas, también está ella en primera línea de saludo, haciéndose ver... tendiendo puentes.
Y si fuera todo esto insuficiente, recordemos las afiliaciones masivas a las que la agrupación local nos tiene acostumbrados cada vez que hay unas primarias en juego.
Lo que no ha trascendido, por cierto, es que el PSOE haya reflexionado sobre por qué suman dos décadas de oposición en la capital, por qué nadie cree que puedan ganar unas elecciones municipales en Almería todavía, por qué las encuestas -que las hay- más optimistas solo apuntan a que puedan quedarse como están o subir un escaño, totalmente insuficiente para gobernar incluso contando con los que pueda haber a su izquierda.
Si el PP gobierna tan mal como el PSOE dice ¿por qué los almerienses lo mantienen como mayoritario en sus preferencias?
En todo caso, y para ser justos, es lo mismo que pasaba en la Junta de Andalucía. Nuestra tierra acumulaba problemas, pero el PSOE siempre ganaba… hasta que un día entró a gobernar el PP casi por casualidad, y después lo ha hecho con mayoría absoluta.
Esto debería ser un avisto para los que están en la oposición, pero también para quienes están en el gobierno.