Ciudadanos, de Feria a Navidad

Las dos huelen, la Feria y la Navidad, y cuando se acercan ya sabemos lo que viene, unas reuniones familiares y profesionales –o ambas- alrededor de una mesa surtida de todo aquello que buenamente se considera excelente, o al menos, de todo aquello que la economía de cada cual permite darle el calificativo de excepcional.

Si en las familias y en las empresas esos encuentros tienen un valor especial, en los partidos políticos, que son una mezcla de ambas, su formalización y desarrollo aportan mucha información de cómo palpita “el cuerpo electoral”. Dicho más llanamente, de cuanta gente acuda y el nivel de lo que hay sobre las mesas, se puede deducir las aspiraciones electorales y las posibilidades de tocar poder, o de mantenerlo.

Ciudadanos no es ajeno a esto, es más, resulta paradigmático. Si cuando Miguel Cazorla se puso al frente del proyecto en Almería y comenzó a moverlo por la provincia, podría celebrar cualquier evento en su propia sede sin apretujarse, en el momento en el que Marta Bosquet entra como parlamentaria y Ciudadanos pacta con el PSOE mantener a Susana Díaz en el Gobierno, aquello empieza a animarse, y cuando el Ayuntamiento de la capital recibe a tres “ciudadanos”, la cosa mejora, y si luego Diego Clemente es diputado pero se vislumbra la perspectiva de acuerdos con PP o con PSOE según quien gane, el nivel sigue creciendo.

En muy poco tiempo, el que va de la Feria de Almería que es a finales de agosto, a esta Navidad, Ciudadanos ha duplicado su número de parlamentarios andaluces y se va a hacer con la mitad –como mínimo- de las consejerías, y aún está por ver, pero podría ser, la presidencia del Parlamento, la dirección de Canal Sur (¡qué mejor manera que despolitizarla!). Y eso se tiene que notar.

Un centenar de personas acudieron al encuentro de feria de Ciudadanos, y unos 400 al de esta Navidad, con sus ibéricos de los Pedroches, su suprema de bacalao, y hasta con su DJ y su recena.

Pero en estos encuentros es importante la compañía, y Ciudadanos se ha convertido en un partido político de aluvión, con enorme crecimiento desde que huele no a feria o Navidad, sino a poder. Así, llegan los primeros problemas, porque las mesas no son todas iguales, y quien parte y reparte los comensales, refleja también el nuevo estatus de cada cual, los que tienen cargo público y los que no, el “entorno” de unos y el “entorno” de otros”, los ganadores de las primarias y los apestados perdedores. Cada uno en su sitio, como diría Bond, James Bond, “agitados, pero no mezclados”.

Esto permite conocer mejor a ciertas personas, porque por ejemplo, cómo puede ser que esté en Ciudadanos, un partido contrario al nacionalismo (menos al español), partidario del centralismo, de reducir competencias autonómicas, liberal… un personaje como Teófilo Montoya, que fue del Partido Andalucista, una formación nacionalista, socialista y anticentralista… aunque claro, hay que recordar que también estuvo en el Partido de Almería, el de Juan Enciso, el de Operación Poniente, el que dejó la Diputación –con la inestimable participación del PSOE- en uno de los mayores caos que se recuerdan.

Pero no es nuevo, es verdad. También estaban en esa cena el andalucista, y por tanto nacionalista y de izquierdas, Manuel López Soto, que sin rubor se pasa a una formación política que defiende justo lo contrario que él mantenía cuando era concejal en Níjar del PA, tal como hace Indalecio Modesto, que siendo aún edil del PA estaba haciendo campaña por Ciudadanos sin el menor recato… y claro, logró la mitad de votos y la mitad de concejales… aunque bueno, como con uno era suficiente para pactar con el PSOE, pues ya está.

En fin, que Ciudadanos esta Navidad… huele a poder!!!