Andalucía necesita asumir competencias en materia ferroviaria. Esta afirmación no es simplemente una demanda caprichosa, sino una necesidad urgente que responde a décadas de abandono y desatención por parte de las autoridades centrales en Madrid.
Surge el debate en el Parlamento de Andalucía a instancias del PSOE, tras reclamar la gestión (que no sus costes) en Cataluña en virtud del pacto de investidura de Pedro Sánchez con Junts y ERC. Esto no es nuevo. Cuando los catalanes plantearon la reedición de su Estatut, sin haber sido plenamente desarrollado el andaluz (por ejemplo, la policía autonómica), nos embarcaron en el debate uno nuevo, que nos hizo perder una legislatura completa. Fuimos la coartada del PSOE para justificar su posición en Cataluña. Y ahora es lo mismo.
No debería haber surgido este debate cuando otras comunidades autónomas, como Cataluña, reclaman competencias ferroviarias, porque debería preocuparnos profundamente que Andalucía, el territorio más extenso del Estado Español, carezca de estas competencias cruciales.
Desde Almería eso lo sabemos muy bien, y por eso no deberíamos quedarnos callados. Es una injusticia que ha dejado a nuestra tierra rezagada en términos de conectividad y desarrollo ferroviario. Pero estamos, una vez más, en el manoseo de nuestra autonomía.
El Estatuto de Autonomía de Andalucía, en su artículo 64, reconoce las competencias en materia ferroviaria. Sin embargo, hasta ahora, estas competencias han sido sistemáticamente ignoradas o subestimadas desde la capital del país. Es hora de que reclamemos lo que nos corresponde y que nos empoderemos para gestionar y diseñar nuestro propio sistema ferroviario.
La red ferroviaria en Andalucía ha sido diseñada y gestionada desde y para Madrid, en el más claro ejemplo del centralismo político, lo que ha resultado en un fracaso evidente... al menos para nosotros.
Pero es que el caso de Almería, con ser escandaloso, no es el único, ya que ciudades importantes como Marbella carecen de conexión ferroviaria, comarcas enteras como las vecinas de Baza y Guadix llevan décadas sin tren, y municipios costeros como Sanlúcar, Trebujena, Chipiona y Rota esperan desde hace 30 años por la recuperación de sus servicios ferroviarios.
Qué quieren que les cuente de nuestra provincia, desconectada de Murcia pro vía ferroviaria desde siempre hasta no sabemos cuando, y ya con Granada ni hablamos, que tiene más conexiones con Madrid que con Sevilla.
La falta de competencias en materia ferroviaria para Andalucía se traduce en una serie de absurdos e injusticias palpables, como que el principal puerto del Estado, en Algeciras, carece de conexión ferroviaria con Cádiz después de más de un siglo de peticiones.
Son problemas estructurales en el diseño y la gestión de los ferrocarriles en Andalucía los que exigen un cambio radical y urgente, porque desde aquí, desde cerca, podemos identificar y abordar estas deficiencias de manera más efectiva que desde la lejanía de Madrid, desde donde Despeñaperros les impide ver qué pasa aquí.
Es hora de que asumamos las competencias necesarias para garantizar un sistema ferroviario moderno, eficiente y equitativo para todos los andaluces. No se trata solo de mejorar la conectividad, sino de impulsar el desarrollo económico y social de nuestra tierra.
Solo mirando nuestra realidad local podemos entender la magnitud de los problemas que enfrentamos, por lo que es hora de que Andalucía tome las riendas de su propio destino ferroviario.