Condenado un Cabo por amenazar con una navaja en el cuello a un soldado

Un cabo de la unidad desplazada del Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11 de Salamanca desplazada al Álvarez de Sotomayor de Almería, ha sido condenado a cinco meses de prisión por un delito consumado de abuso de autoridad ocurrido en 2015, y cuya sentencia dictada por el Tribunal Militar Territorial Cuarto, n.º 21/17 de fecha 28 de noviembre de 2017, ha sido ratificada por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, según ha conocido Noticias de Almería.

Entre los días 9 y 22 de diciembre de 2015, una unidad desplazada del Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11 de Salamanca, realizó una obra de adecuación de la zona de vida semipermanente del CMT "Alvarez de Sotomayor" en Almería, dentro del programa funcional de actividades de ingenieros de 2015 (PFAING 2015).

El día 17 de diciembre de 2015, sobre las 01.00 horas, el cabo, destinado en el REI 11, entró realizando ruido en la camareta en la que dormían cinco soldados y un Cabo, quienes se encontraban con la luz apagada, en silencio y conciliando el sueño. El Cabo ahora condenando entró “portando una cizalla en la mano y se acercó a la litera en la que dormía” uno de los soldados, por lo que otro, que dormía en la cama de debajo de la misma litera, se levantó de la cama y le dijo al Cabo que parase, que se fuese y que los dejase dormir porque si no su conducta tendría consecuencias.

Pasados unos minutos el Cabo volvió a entrar en la camareta y se acercó a la cama en la que dormía el soldado que le había pedido que no molestara y “colocándole una navaja en el cuello, que apretó contra el mismo sin llegar a realizarle ningún corte”. Al mismo tiempo “le decía que él no era ningún niñato, que él no era quien para decirle nada, que no sabía con quien había dado, que si sentía la navaja, que la próxima vez lo rajaría, que ahora ya no era tan valiente, que si sentía como se marcaba la navaja en su cuello” recordó en su declaración.

El otro Cabo que había se bajó de su litera, encendió la luz, se dirigió al Cabo condenado a quien bajó la mano y le dijo que se marchase contestándole éste que sí porque se lo pedía él. Posteriormente cuando salió de la camareta el Cabo problemático, cerraron la puerta y pusieron el pestillo de la misma.

El soldado que había tenido el enfrentamiento “se quedó intranquilo, comentó a sus compañeros que venía a trabajar y tener que aguantar esto y posteriormente tuvo dificultad para conciliar el sueño, pasando mala noche y quedando preocupado desde ese momento”. A primera hora de la mañana, sobre las 06.30 horas, el soldado esperó a que su superior, un Sargento se despertase y le comentó lo que le había ocurrido por la noche con el, quien percibió que se encontraba molesto, impotente, con una actitud de rabia por lo que había ocurrido.

En la mañana del día 17 de diciembre de 2015 el Cabo se dirigió al soldado diciéndole que ya no estaba “tan sobradito”. Si bien posteriormente, después de ser preguntado por el Sargento acerca de lo ocurrido, a quien reconoció que “se la había ido la cabeza”, se dirigió en diferentes ocasiones al soldado “para disculparse por lo que había ocurrido, disculpas que presentó en algunas ocasiones ante diferentes testigos”.

El soldado “quedó preocupado, entristecido y afectado por lo ocurrido, lo que percibieron algunos de sus compañeros a quienes comentó lo ocurrido después de que estos le preguntasen que es lo que le pasaba”. El estado de ánimo del soldado quedó afectado “hasta el punto de que no le apeteció asistir a la comida que estaba preparada como celebración de fin de obra, a la que previamente se había anotado”. Una vez reincorporados en su Unidad, el día 23 de diciembre de 2015 el soldado Belarmino emitió parte de los hechos y posteriormente solicitó de sus superiores el cambio de compañía para no tener que coincidir con el Cabo.

El Supremo ha rechazado la apelación en casación del Cabo, aunque no ha impuesto ninguna condena en costas.