Hay cosas en política que no se entienden. Sé que son muchas, pero les voy a poner dos ejemplos muy sencillitos. Uno es el de las Proposiciones No de Ley, y es que el Parlamento está para hacer leyes, pero éstas son las que más abundan, las que más horas de debate se llevan… ya ven, pedir a otras instituciones que las hagan es mucho más entretenido, parece.
Pero también llama la atención que los políticos apelen a despolitizar algo, porque si a algo le quitamos la política ¿para qué queremos a un político al frente?
Vale igual para las pensiones que para la política medioambiental, que es a donde iba tras escuchar la primera comparecencia del exalcalde de Almería y flamante consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández Pacheco, en la comisión parlamentaria correspondiente.
Fernández Pacheco es un hombre que siempre apela al consenso, que como los buenos jefes, tiene claro que quien toma la decisión es él, pero que lo mejor antes de hacerlo es contar con todas las opiniones, ver todos los ángulos. Lo que sucede es que eso funciona bien cuando uno tiene casi una mayoría absoluta, como le sucedía en el Ayuntamiento de Almería, o una mayoría absoluta como sucede en el Parlamento de Andalucía.
Es verdad que en esa privilegiada situación, llamar al consenso y al diálogo es sencillo, porque aunque tengas la mente abierta y tiendas la mano, nada te obliga a aceptar aquello de lo que discrepas, y del mismo modo, la oposición tiene fácil su tarea, puesto que no tienen interés alguno en pactar nada, sabiendo que al final se hará lo que la mayoría absoluta desee.
Pero la oposición tiene razón cuando le dice al consejero que no puede pretender que el medio ambiente sea algo despolitizado, porque nada en esta vida lo es. Pero tiene razón el consejero cuando reclama los acuerdos como base de la gestión política, y se equivoca la oposición cuando coloca posturas maximalistas como elementos inamovibles con el único fin de escenificar una falsa imposición.
En todo caso, el PP andaluz, y en lo visto de la comisión de Fernández Pacheco, la imagen de la situación es hasta cierto punto ideal, porque les hemos visto entre Vox y el PSOE y resto de la izquierda, en el centro, que en este caso no es otro que poner racionalidad a la política medioambiental. Quizá el término racionalidad sea excesivo para algunos, que entienden que no es racional lo que hace el PP, vale, aceptado, pero es que tan irracional parece negarse a explotar turísticamente el Cabo de Gata, como permitir que se construyan más hoteles en él, o tan irracional es pedir energía barata y a la vez negarse a la nuclear, o tan irracional es apostar por las renovables y negar licencias para fotovoltaicas o aerogeneradores… cada caso es cada caso, y no hay dos iguales. Eso es racionalidad.
Por cierto que vimos a Vox aprovechando la comisión de Medio Ambiente para meter por medio la memoria histórica o sus críticas al feminismo, aunque si nos vamos al tema en cuestión, dejaron constancia de la manipulación de varios datos. El primero es que aseguraron que se acusa a los agricultores, pescadores y ganaderos del cambio climático… eso, se lo han inventado, porque no es así, porque de serlo, no estaríamos luchando contra el C02 que proviene de la industria principalmente y del transporte.
Pero también manipularon la lista de países contaminantes, porque culparon a China, India y Rusia, y es que si el primero es un país comunista, el tercero era aliado de la ultraderecha española y europea, pero ahora, de repente, el “amigo Putin” es un peligrosos comunista. La cuestión es que el segundo país más contaminante es Estados Unidos, que emite la mitad que China y el doble que India. Pero, claro, no es comunista, y no cuenta…
Y si vamos al dato de contaminación por habitante, China ocupa el séptimo lugar… y le sigue ¡España! ¡Octavo país más contaminante del mundo por habitante!
Por si les interesa, nos sigue Francia, y por delante de China está Alemania, y por delante, en quinto lugar, Estados Unidos.
En fin, no todo es lo que parece cuando el humo nubla nuestros ojos.