A diferencia de lo que comúnmente se entiende, los paganos no son aquellos que carecen de referentes religiosos, sino quienes creen en una serie de divinidades distintas a Cristo, a Jehová o a Allah (Al hámdu lil-LAH), que es el Único pero con distintos nombres.
El COVID19 ha venido a traernos una gran revelación a la ciudadanía, y es la de que en el actual gobierno de España es posible que haya algún católico en sus filas, quién sabe, pero desde luego no hay musulmanes, ni judíos –como sí ocurre en el gobierno andaluz-, y me resulta imposible recordar ahora si se ha declarado ateo o agnóstico alguno de sus miembros, pero lo que sí podemos asegurar con rotundidad, es que no hay ni un solo pagano.
El presidente Pedro Sánchez (PSOE), afirmó en la tribuna del Congreso que si no salía adelante la cuarta prórroga del Estado de Alarma, los trabajadores acogidos a un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), no podrían cobrar, y que si no renovaba, los ERTE tampoco se renovarían, y todos ellos acabarían en el paro.
Pues era mentira, porque como le recordaban en el debate sobre la quinta prórroga este miércoles, desde ese mismo lugar varios portavoces de la oposición, 48 horas después de aquel aviso, el Ministerio de Trabajo cerraba un acuerdo para desvincularlos del Estado de Alarma, dejando así en evidencia que era una burda forma de presión para conseguir los votos en aquella sesión, y algo que se tragó Ciudadanos.
Pero en este gobierno no hay paganos, porque los ERTE, a estas alturas no se están pagando, lo que implica que hay personas/familias (superan los 900.000 expedientes), que llevan dos meses sin un solo euro de ingresos, y qué decir de las ayudas a los autónomos para aplazar las cuotas de la Seguridad Social, pues que tampoco está siendo fácil acogerse a la medida y siguen teniendo que pagarlas religiosamente, y los fondos para préstamos ICO tampoco están llegando a las empresas/autónomos ya sea por la complejidad de la tramitación, o porque los bancos están poniendo trampas que el Gobierno no inspecciona, o porque los requisitos son tan ajustados que es muy difícil acceder a ellos, y qué decir de la moratoria de las hipotecas, que tienen unas condiciones tan excepcionales que la hacen imposible para la inmensa mayoría de quienes lo necesitan.
En todo caso, en nada de esto el Gobierno pone ni un céntimo, ya que, por empezar por las hipotecas, es una moratoria, que por tanto no exime del pago, solo lo retrasa, y en todo caso, si hubiese un problema es entre el banco y cliente, y los fondos ICO son préstamos que hay que devolver, y las cuotas de los autónomos son aplazamientos también, y además con intereses. Porque el Gobierno, este Gobierno, cree que ante una crisis de la que solo nos puede sacar la activación del consumo interno, lo mejor es no perdonar a nadie ni un céntimo, y además subir los impuestos, porque lo que necesita el Gobierno es recaudar para repartir miseria luego entre aquellos a quienes ha esquilmado, pero que tendrán que besarle el anillo si quieren recibir algo.
Los ERTE sí son un pago directo del Estado, y no llega, este Estado no paga, por eso, cuando hablan del ingreso mínimo vital que tanto preocupa a algunos partidos, o a algunos economistas, en tanto que otros partidos y otros economistas lo aplauden, lo más importante es saber que en este gobierno podrá haber ateos, pero paganos no tiene ni uno.
La duda es si este gobierno es un remedo del “San Manuel bueno mártir”, la obra del siniestro vasco andalúfobo Miguel de Unamuno, que no creía nada de lo que predicaba, pero consideraba que al pueblo llano hay que darle un dios en el que creer, que sueñe con el paraíso que hay en el Más Allá, y así no se le revolucione.
Pero como confiesa El Cabrero, ese cantaor andaluz de las grandes verdades, “nunca seguí al rebaño, porque ni el pastor ni el amo eran gente de fiar”.