La escasez de agua en Almería es una realidad acuciante que preocupa a la población y a los sectores económicos, especialmente a los agricultores. Asempal ha puesto sobre la mesa la situación actual de las desaladoras en la provincia, evidenciando inconsistencias y retrasos en proyectos que son cruciales para garantizar el suministro de agua.
A pesar de que solo tres de las cinco desaladoras de Almería están operativas, estas no logran cubrir el déficit hídrico de la provincia. La ampliación de la desaladora del Campo de Dalías, con una capacidad de 10 hectómetros cúbicos adicionales, se anunció en 2018 y se incluyó en los Presupuestos Generales del Estado de 2021. Sin embargo, la licitación del proyecto aún no se ha concretado.
Se han anunciado planes para la ampliación y mejora de la desaladora de Almería, con el objetivo de aumentar su producción a más de 20 hectómetros cúbicos. La planta de Carboneras, por su parte, tiene adjudicado un proyecto de mejora de eficiencia energética. Sin embargo, la ejecución de estas mejoras aún está en curso.
La desaladora de Mar de Alborán, con capital privado, sigue pendiente de la tramitación administrativa por parte de la Junta de Andalucía. La desaladora del Bajo Almanzora I, inutilizada por la riada de 2012, está envuelta en la operación 'Frontino' y su reparación se ha adjudicado recientemente. La construcción de la desaladora del Bajo Almanzora II, proyectada por los regantes del Almanzora, aún no ha comenzado.
Es necesario agilizar los trámites administrativos y la ejecución de las obras de las desaladoras en marcha. La construcción de las plantas pendientes, como la del Bajo Almanzora II, también es crucial para garantizar el suministro de agua a largo plazo.
Asempal ha hecho un llamamiento a la unidad de acción entre las administraciones públicas, los regantes y los sectores económicos para abordar la escasez hídrica de forma integral y urgente. La colaboración público-privada será fundamental para encontrar soluciones sostenibles que aseguren el futuro del agua en Almería.
El agua sigue siendo un problema en Almería, y no es algo nuevo. La explotación de los pozos de Bernal llegó hace muchos años a su límite, pero los invernaderos siguieron proliferando, y con ese progreso económico, el incremento de población, y así más necesidad de agua. Impidieron el trasvase del Ebro, pero dio igual, todo siguió avanzando, y nos prometieron desaladoras, y no las construyeron todas, y de las que hicieron, funciona la mitad de la mitad.
Sorprende que siendo la huerta de Europa, siendo el principal exportador de productos hortícolas de todo el Estado, los políticos se tomen tan poco en serio el problema del agua.