Para quienes piensen que la búsqueda de un destino perfecto es una tarea casi imposible, no conocen aún Almería. Una provincia que se ha consolidado como tierra de contrastes donde en apenas una hora, se puede pasar de la playa a las cumbres más altas; desde el único desierto de Europa, el de Tabernas, a espesos y verdes bosques de montaña. Y es precisamente aquí, en el interior de la provincia, donde el turista puede encontrar un mundo de posibilidades ligado a su más acentuada característica: la diversidad y la amplitud de opciones en las que el turista puede perderse.
Pueblos blancos en plena sierra, bosques milenarios, un desierto irrepetible, espectaculares y casi salvajes nacimientos de ríos, cumbres nevadas, sol, arena, vegetación pre-desértica y un sinfín de atractivos que hacen única la oferta del destino de la Almería interior.
Los grandes protagonistas de la campaña que impulsa la Diputación de Almería para la promoción turística bajo el título ‘Almería: El sol que necesitas’ son los 91 municipios del interior, así como sus paisajes y recursos naturales. Una ambiciosa iniciativa con la que la Institución Provincial quiere romper la estacionalidad, fomentar el turismo e impulsar la economía del interior de la provincia.
En el viaje al interior de la provincia, son parada obligatoria los pueblos de la Comarca del Almanzora, en los que destacan entre sus mayores atractivos el entorno natural de la Sierra de los Filabres. En él, además, se pueden practicar un sinfín de actividades deportivas como el senderismo, el barranquismo o la espeleología. Además, esta Comarca destaca por contar con una floreciente industria del mármol, cuyos materiales han formado parte de monumentos tan importantes como la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o el Monasterio del Escorial.
Los pueblos de las Alpujarras se extienden al amparo de Sierra Nevada y bañados por el río Andarax. En sus tierras se cultivan diferentes árboles frutales, así como vides y olivos. La mayoría de estos municipios tienen su origen en la época de la dominación musulmana. En su conjunto, constituye un destino ideal para los aficionados al turismo rural. Además de enclaves naturales de gran belleza como el Desfiladero del río Nacimiento, el viajero disfrutará de la arquitectura popular y típica de la Alpujarra y de edificios cargados de historia como el palacio de Fuente Victoria, donde el último rey de Al-Ándalus, Boabdil, se refugió cuando perdió su reino ante los cristianos.
Al Norte de la provincia, en la Comarca de Los Vélez, se encuentra la Almería más continental, la que alberga el Parque Natural Sierra María-Los Vélez, un ejemplo de la perfección que llega a alcanzar la naturaleza viva cuando se la deja fluir: ríos, montes, bosques y todo ello salpicado con bellísimos pueblos y castillos y molinos que cuentan la historia de las pinturas rupestres que los acompañan. Entre estas importantes pinturas rupestres está el Indalo, símbolo de la provincia de Almería y monumentos de valor incalculable como el Castillo-Palacio que corona el casco urbano del municipio de Vélez Blanco y la Iglesia de la Encarnación, en Vélez Rubio.
Y si de naturaleza típicamente almeriense hablamos, no puede olvidarse la comarca de Nacimiento, por su ubicación, máximo exponente del ecosistema natural almeriense y una opción excepcional para los amantes de la naturaleza y del entorno rural. Hay mucho por descubrir en la provincia, pueblos encalados en la montaña que han dado un toque diferente a comarcas bañadas por la costa. Te recomendamos que no te vayas de Almería sin visitar los pueblos del interior de la Comarca de Níjar (conocido por sus artículos de esparto, telares y cerámica) y del Poniente. Una variedad que multiplica el potencial que la provincia tiene como destino para el turismo rural, de naturaleza, deportivo y de interior.
Un destino ‘para comérselo’
El gastroturismo se ha afianzado como una de las corrientes de moda y motivación para miles de turistas a la hora de diseñar sus próximas vacaciones. Prueba de ello, es la afluencia de visitantes que año a año acuden a los templos de la buena mesa entre los que se encuentra nuestra provincia. En este punto sobresale con fuerza la marca gourmet de la provincia impulsada por la Diputación, ‘Sabores Almería’, un sello de excelencia en el que se agrupan productores, restaurantes y cadenas de distribución que trabajan con la mejor materia prima, la que se cultiva y exporta desde Almería a todo el mundo, cuna de la dieta mediterránea.
Un distintivo de calidad que tiene como gran embajador en mercados nacionales e internacionales a David Bisbal, que ha llevado los productos de la provincia por los cinco continentes invitando a disfrutar de ‘Costa de Almería’ con los cinco sentidos.
En el viaje al interior de nuestra tierra, el turista no debe perderse los potajes preparados para que campesinos y trabajadores recuperaran fuerzas en el ejercicio de sus labores han ido dejando poso hasta configurar un estilo propio en la cocina almeriense. Las migas de sémola, las gachas y el pimentón son algunos de los platos más típicos de esa cocina.
De la industria cárnica curada con esmero en las sierras de Almería, cabe destacar el gran sabor y calidad de los embutidos y jamones de Hijate, Serón o Campohermoso, los vinos distribuidos por diversas comarcas pero con especial protagonismo de Laujar, Padules, Ohanes o el Almanzora y, sobre todo, las hortalizas, las mejores de Europa, que cada día pueblan en millones de kilos las mesas de todo el continente.
El universo de sabores procedentes del mar y de la montaña que caracteriza al destino ‘Costa de Almería’ tiene una ventaja en nuestra provincia, se puede disfrutar a lo grande ó en el tamaño mini de las populares ‘tapas’ que llegan de ‘regalo’ con cada bebida y que invitan al visitante a sumergirse en la cultura y tradición de nuestra provincia a través del paladar.