¿Dónde estabas, Ramón?

La situación por la que está pasando el sector de la pesca del Mediterráneo no es nada halagüeño. Los 27 días de pesca al año, y los diez kilos diarios de gambas le quitan las ganas a cualquiera de seguir en ese mundo de extracción. El lunes pasado un grupo de armadores, pescadores y políticos se dieron cita en Madrid, a protestar ante la oficina que la Comunidad Europea tiene en la capital de España. Hombres y mujeres desplazados desde distintos puertos del levante y de Andalucía se dieron cita. En las fotos que se han recibido destaca la figura de Jesús Caicedo. Allí estaba el político almeriense del Pp, cosa que hay que apreciar en lo que vale.

Y nos centramos a las ausencias. ¿Dónde estaba el consejero de la pesca de la Junta, el almerienses Ramón Fernández Pacheco? No lo vimos en los reportajes. Tampoco tenemos noticia de que el hombre estuviera en Bruselas. Si lo hizo, bastante escondido estuvo. Ramón manifestó hace unos días que no iban a dejar de luchar en favor de los pescadores andaluces, y no lo pongo en duda, pero a la primera que tuvo, el hombre nos hizo novillos. El consejero debería estar “rayao”, como dicen ahora los jóvenes, y no pudo acercarse a Madrid. Y Bruselas está muy lejos, muy lejos.

El que estuvo por Bruselas es el andaluz Planas. Dicen que este es ministro de pesca de un país que se llama España. No debe ser el nuestro, debe ser otro. No se entiende que un ministro, que se dice español, eso, se dice, pero del dicho al hecho, ya saben ustedes lo que hay, nos salga diciendo que está en contra de una decisión de Bruselas, y que va a oponerse con todas sus fuerzas. Y por qué no lo hizo en el momento en el que se estaba estudiando la cuestión. Por qué tenemos que dejar todo para el último día. La improvisación, el esperar al último momento que marca la vida en los últimos años de esta tierra. Y así nos va.

Y qué me dicen ustedes de doña Carmen Crespo. Que acaba de llegar, que la mujer no ha aterrizado todavía, que le ha cogido por sorpresa lo de la pesca, que los nuevos europarlamentarios andan contando los miles de euros que cobran cada mes, que no se creían los números que les daba el banco, que han tenido que sacar el dinero para saber que es cierto, y que todo es suyo.

Tres nombres: Carmen, Luis y Ramón. Vaya trio para para la defensa del sector pesquero. 27 días de trabajo al año, diez kilos de gambas al día, un parlamento europeo con cientos de políticos viviendo a lo grande. Y al final: la ruina de todo lo que tocan. Ahora le ha tocado a la pesca. No les deben gustar las sardinas a estos caballeros, y nos quieren dejar sin ellas a los demás. El acuerdo final ha pasado de una reducción del 76 al 66. Algo se ha ganado, nos dirán. Pandilla.