En varios barrios de la capital almeriense se han cumplido ya dos semanas sin poder beber agua del grifo debido a la presencia de radionucleidos, minerales que emiten radiación natural, en el agua procedente de los Pozos de Bernal. La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía declaró el agua no apta para el consumo humano y ha recomendó a los vecinos afectados que solo la usen para la limpieza y el aseo personal.
Para garantizar el abastecimiento de agua potable, el Ayuntamiento de Almería ha habilitado nuevos puntos de suministro y ha ampliado los horarios de reparto de camiones cisterna, que distribuyen unos seis mil litros de agua al día. El agua repartida proviene de otras zonas de la red de suministro de la ciudad que no están contaminadas por la radiactividad natural.
Según el Consejo de Seguridad Nuclear, Almería es la provincia andaluza con mayor índice de radiactividad debido a su geología volcánica, que favorece la concentración de estos minerales en el subsuelo.