En las vísperas de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el próximo 8 de marzo, el Auditorio Municipal Maestro Padilla recibió anoche una nueva edición de la iniciativa que organiza la asociación Entre Flamencos del Puerto, junto a las áreas de Familia, Igualdad y Participación Ciudadana y de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería. Una suma de voluntades para hacer llegar el mensaje más lejos y más fuerte en pro de la igualdad entre hombres y mujeres a través de un arte tan expresivo como el flamenco, en la edición de este año con el espectáculo ‘Luz de gas’, con dirección artística de Azahara Herrera.
Sobre el escenario, cinco bailaoras de primer nivel, como Cristina Soler, Zaira Prudencio, Clara Checa, Claudia ‘La Debla’ y Mayte Beltrán, a las que acompañaron, de manera alícuota, otros cinco hombres, Antonio Heredia, Sergio ‘El Colorao’ y Abraham Campos al cante, David Caro a la guitarra y Jonhy Cortés a las distintas percusiones.
Antes de comenzar el espectáculo, la concejala de Familia, Igualdad y Participación Ciudadana, Paola Laynez, aseguraba que “es mucho más que un espectáculo, es un acto en el que reivindicamos a través de la fuerza del flamenco. La igualdad entre mujeres y hombres no se produce en muchas escalas de la sociedad y actos así ayudan a reivindicarlo. Mostramos el poder de la mujer para rechazar esa desigualdad y a la violencia hacia la mujer”. Para terminar, Laynez recordó que “la igualdad es un derecho, no un eslogan y desde el Ayuntamiento trabajamos de manera transversal para conseguirlo”.
A continuación, fue el baile, el cante y el toque quien tomó el testigo haciendo vibrar a los espectadores presentes. En primer lugar aparecería en escena Zaira Prudencio, que con sobriedad brilló en soleá por bulerías y bulerías. Más técnica y con una pasión contenida, Cristina Soler hizo una completísima actuación reflejando dominio del mantón, con raza en la suerte por cantes mineros y terminando con la plasticidad de los tangos.
Con cuidadas transiciones, el colofón de un baile engarzaba con el inicio del siguiente. Así, Mayte Beltrán demostró maestría y una visión más contemporánea en el movimiento de los brazos a través del palo de la caña, hoy casi en desuso. En cuarto lugar, Clara Checa ofreció una sinuosa e hipnótica suerte de soleás, acompañada de una espectacular cola negra en su vestido, mientras que cerró el quinteto Claudia La Debla, con aires de seguiriya y cantes cabales, especialmente acertados y jondos por parte de la terna de cantaores.