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El cambio es la mano tendida

Por Rafael M. Martos
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miércoles 16 de enero de 2019, 21:26h

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Pues el cambio ya está aquí. Casi cuatro décadas después de que los andaluces conquistáramos nuestra autonomía como nacionalidad histórica, el Gobierno no será del PSOE, y solo por eso, la votación en el Parlamento de Andalucía que ha tenido lugar este miércoles convirtiendo a Juanma Moreno Bonilla en presidente es un acontecimiento histórico.

Seguro que a él y a su partido le habría gustado que las cosas fueran distintas, en concreto que este relevo se hubiera producido mucho antes, y que no hubiese sido necesario contar con el apoyo de Ciudadanos y de Vox, pero las cuentas salen cuando salen, y la democracia ha querido que con el peor resultado en la historia del Partido Popular de Andalucía, Moreno alcance la presidencia.

Consciente de esa debilidad intrínseca, la palabra que más se le ha oído al presidente en los discursos previos, es la de diálogo, tendiendo expresamente la mano no ya a quienes le iban a votar, sino también a Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) y a Susana Díaz (PSOE). Los discursos planos iniciales, pensados para no molestar ni a su derecha ni a su izquierda, para no transgredir pactos a un lado ni a otro, se calentaron en cuando llegaron ellas, ambas por la izquierda.

A Francisco Serrano, que confunde una manifestación con la kale borroka, se le oyó decir que no renuncian a sus convicciones, quizá extrañado de que nadie se lo haya pedido. Es que se trata de eso el parlamentarismo, de llegar a acuerdos sin renunciar a los principios propios, pero en lo que más sembrado estuvo fue en reivindicar su ideología en la inspiración divina, en el mensaje de Jesús… aunque eso sí, las Bienaventuranzas las tiene un poco olvidadas.

La portavoz de Adelante Andalucía se tuvo que ir tras terminar de hablar. Se encontró mal y en su avanzado estado de gestación no era cuestión de mantenerse allí a sabiendas del resultado final de la votación.

Su oratoria no estuvo mal, pero claro, las contradicciones afloran constantemente. Quiso ponerse el traje andalucista pero le quedó un poco grande, y eso que hizo méritos nada más tomar la palabra, recordando que Andalucía no es una región (no existen en España) sino una nacionalidad, una realidad nacional, y criticó un gobierno “franquicia” y que responde a los intereses de las farmacéuticas, y de los ricos… que por lo que se ve tras estas elecciones, deben ser mayoría en Andalucía.

Pero nada mejor a un populismo que ponerle delante otro populismo, asi que muchas de sus puyas fueron hacia Vox -¡y la pobre presidenta Marta Bosquet que la llamó a la tribuna como “señora Serrano”- y en concreto al “niño de las pistolas”, en referencia a Santiago Abascal que estaba de cuerpo presente en el hemiciclo. Esto iba –seguro que lo recuerdan- porque este vasco ha estado amenazado por ETA mucho tiempo y reconoció portar un arma hace años en una entrevista, pero que eso se lo eche en cara Rodríguez, cuando Pablo Iglesias ha declarado en su programa de televisión que defiende como derecho ciudadano portar armas, pues queda un poco incoherente.

Esa no fue la única inconsistencia de la portavoz, que habló de los ricos hasta que Juanma Moreno le recordó el “casoplón” con lago artificial Pablo e Irene, y cuando ella le criticó que fuera a gobernar sin ser la fuerza más votada, el del PP le recordó que en Cádiz el alcalde –su marido- tiene ocho de los 26 concejales.

Juan Marín tampoco hizo uso de su turno de réplica. Es normal, lo que tenía que decirle a Moreno ya se lo había dicho, incluso lo habían escrito en un papel, y hasta lo habían firmado. Marín quiso dejar claro que a ellos solo les compromete ese pacto, no el del PP con Vox, pero más allá de eso, admitió que Moreno tenía todo el derecho del mundo a ese otro acuerdo, o dicho de otro modo, rechazaba un cordón sanitario al que el mismo se estaba sumando.

Eso sí, el que comenzó afirmando que no iba a sacar pecho por el resultado electoral –tercera fuerza, pero la única que ha subido, y que lo ha hecho para duplicar lo que tenía- dedicó más tiempo a eso que a otra cosa.

Entonces llegó Carmen Crespo, la portavoz del PP, almeriense ella, y al fin se acordó alguien de la Autovía del Almanzora, y del canon del agua, y de la necesidad de vertebrar Andalucía para que no haya dos velocidades. Crespo, un apoyo fundamental de Moreno en todo este tiempo, dibujó un retrato del todavía candidato a presidente en el que destacó su capacidad de diálogo y de llegar a acuerdos, insistiendo en colocar al PP en el centro.

“Desubicada” según Moreno tomó la palabra Susana Díaz, y es normal, porque no es pasar a la oposición después de cinco años de gobierno, es hacerlo tras 38 años. Y es hacerlo habiendo cosechado muchas más derrotas que éxitos electorales, siendo el más estrepitoso el suyo personal cuando quiso ser secretaria general del PSOE.

Díaz intentó colocarse como líder de la oposición, pero es realmente difícil hacerlo cuando no puedes pedirle cuentas de nada a quien acaba de llegar, por eso se puso al frente de la manifestación preventiva del día anterior. Ni una respuesta a las cuestiones sobre mujeres, educación, sanidad, dependencia… que le trajo a colación Crespo, y ella, Díaz, insistiendo en si Moreno y su gobierno cobrarían más que ella, y hasta dos veces con el tema… hasta que el presidente le dijo que la nómina sería la misma, pero habría menos altos cargos.

Y si alguien pudo quitar protagonismo a Moreno, ese fue el maleducado Mario Jiménez, continuamente interpelando a los oradores aprovechado la proximidad de su escaño a la tribuna, gesto siempre amenazante incluso con la presidenta del Parlamento, que por cierto, la almeriense vestía de naranja… Ciudadanos.

El día anterior, el consejero de Agricultura en funciones, el socialista almeriense Rodrígo Sánchez Haro, en un último servicio a su nombradora, facilitó que las asistentes a un acto de su Consejería salieran para manifestarse ante el Parlamento.

Rafael M. Martos

Editor de Noticias de Almería

Periodista. Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y la novela "Todo por la patria"