Si de algo nos está sirviendo estos años de gobierno de Pedro Sánchez, es que se van descubriendo a muchas de las organizaciones que vienen viviendo de la subvenciones y del candor de los ciudadanos. La gota fría, o el aluvión de agua sufrido por Valencia, Albacete, Cuenca y parte de Andalucía, nos ha puesto de relieve algo que se veía, pero que no había pruebas, o no se querían buscar. Las famosas Ongs ya no son lo que eran. A la gran Cruz Roja de otros tiempos no se la vio entre el barro del Levante. Llegó tarde, como el ejército de Margarita, como las soluciones de los políticos.
Las mantas tan vistas cuando llegan las pateras con migrantes a nuestras costas, no aparecieron en Valencia. Pero si la Cruz Roja era una historia conocida, lo que no se esperaba es el uso del dinero que hace ese Centro que investiga el cáncer, y al que se le acaba de descubrir que se gasta el dinero en obras de arte. Dinero público, o privado, que debe ser para la investigación de una enfermedad, se lo gastan estos señores en pagar viajes, comprar pinturas y lucir en exposiciones. ¿Les importará algo la enfermedad a estos malgastosos? ¿Lo mismo han descubierto que admirando un cuadro se cura el cáncer? Pandilla.
Desde hace años se viene hablando de la poca o nula transparencia de las Ongs y los dineros que les llegan de las subvenciones públicas y otra ayudas privadas. Recuerdo una noticia de hace más de treinta años en la que una Ong de Almería negociaba los informes sobre medio ambiente con una empresa de Granada. Aquello fue un escándalo, bien tapado ciertamente por los propios responsables políticos del ambiente y del medio, y como si no hubiera pasado. Pero algunos, desde entonces, supimos de la vida oscura de estas organizaciones, de los dineros que llegaban, de las amenazas a partidos y políticos. Pero son en estos días cuando se despiertan las apetencias de estas organizaciones, sabedoras de que van a ser protegidas, si lo necesitan, por los mismos que las usan para sus caprichos y necesidades.
Ya se dice que ni Cáritas es la Cáritas de la Iglesia de hace años, ni la Cruz Roja que nació para ayudar a los demás. En cuanto a los del Cáncer solo tenemos que acercarnos a las noticias que los medios nos van contando todos los días, para que nos demos cuenta de la poca vergüenza de las personas que vienen estando al frente. Si nos acercamos a las grandes defensoras de la ecología, con barco o sin él, el ejemplo lo tenemos en lo que están logrando hacer con la vieja Europa.
¿Queda alguna institución, organización, o sector público o privado con prestigio en España? Si analizamos lo que viene ocurriendo desde hace unos años: España se ha convertido en el hazmerreír de medio mundo. No deja de ser triste ver que estamos rodeados de pillos, chorizos y gente sin vergüenza alguna. El dinero no tiene dueño, y el que debe investigar y preocuparse por la enfermedad de la gente nos lo gastamos en comprar arte. Piratas, y no ingleses, por cierto, que unos tienen la fama y otros ya vemos lo que hacen con la lana.
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