Estoy convencido de que el sexto paquete de medidas anticrisis presentado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es en realidad una manera de hacernos un regalo de Reyes Magos y no otra cosa.
Por fuerza tiene que ser un regalo, porque después de escucharle lo estupendamente bien que va nuestra economía, es imposible que sea necesario un sexto paquete de medidas anticrisis.
Es por eso que anduve atento a ver si nos contaba cómo iba a acabar con la inflación, con el desempleo… pero no, de eso no dijo nada de nada. Es obvio, vamos como un tiro, y por tanto no hacen falta medidas para luchar contra la crisis, porque la crisis, sencillamente no existe.
La crisis no existirá, pero las consecuencias de la misma ya les digo yo que sí, porque allá por el verano, el mismo Sánchez anunció una medida para familias vulnerables que alcanzaría a dos millones y medio de familias (300 euros para pagar la luz entre otras cosas), pero al final llegó a poco más de medio millón, y ahora son casi 4,5 millones las familias beneficiarias, por lo que el primer análisis es que la “vulnerabilidad” es ahora más acusada, y el segundo, que en realidad serán bastantes menos las beneficiadas.
Y la pregunta debería ser si, más allá de que la familia o persona concreta tenga esa ayuda y le saque de un apuro puntual, eso ha servido para algo más. Ahora son 200 euros… curiosamente en año electoral, aunque podría haberlo hecho meses atrás, o incluso a principios de diciembre y ayudar así en los gastos navideños.
Lo que tampoco se entiende es que ahora, precisamente ahora, el Gobierno decida eliminar el IVA en algunos productos y en otros reducirlo. ¿Pero no habían dicho que eso era cosa de la Unión Europea, y que de ninguna manera podía tocarse? Sí, lo dijeron para no reducirlo en la electricidad, y luego lo hicieron, y pero solo se podía hacer en ese caso, bueno, también en el combustible, y ahora… ahora pueden hacer lo que quieran… pelillos a la mar que hay elecciones.
¿Pero bajará los precios la reducción del IVA? No en la cantidad equivalente porque el comercio en cuestión, o el distribuidor, o ambos, se lo acabarán comiendo. Les pongo el ejemplo de las peluquerías, que demandaban una bajada del IVA en sus servicios ¿para bajarnos luego el precio a los usuarios? No, el precio sería el mismo, pero ellos pagarían menos a Hacienda, y eso es lo que pasará ahora.
Claro que, habrá quien diga mientras lee estas líneas, que han eliminado la subvención de 20 céntimos a la generalidad de los consumidores, y que eso también lo hacen en año electoral. Es cierto, pero ahí la pregunta es otra ¿por qué? Es decir, si ha sido útil ¿por qué no mantenerla? Y si no es útil ¿por qué se mantienen en ciertos sectores? Es más ¿por qué no a los pescadores, cuando además no se baja el IVA del pescado? No solo eso ¿por qué una persona que coge el coche todos los días para hacer 40 kilómetros por trabajo no tiene derecho a la bonificación?
En cuanto a la subida de las pensiones, el Gobierno va camino del caos, aunque mientras sean los autónomos y las empresas quienes paguen, pues no hay mayor problema. Digo lo del caos, porque si cada vez las pensiones no contributivas son mayores, crecen más, y las contributivas crecen menos, si tienden a igualarse, podría alguien comenzar a plantearse que es absurdo seguir contribuyendo, que total, mejor la economía sumergida. Y si a eso le añadimos que una pensión media puede estar por encima del salario medio, es bastante lógico pensar que si hay más “cobradores” que “pagadores”, eso no funciona, y si además, los “pagadores” tampoco pueden hacerse planes de pensiones porque no les desgrava, la cosa roza el delirio económico.
Pero no hay de qué preocuparse, todo esto son regalos de Navidad, porque España va de cine. Eso sí, el género se lo dejo a elegir… feliz 2023, y mucha suerte, que la necesitaremos.