Ayer dieron comienzo las obras en lo que será llamado como el Paseo de María. Recuerdo una operación de aceras en los tiempos de Juan Megino y lo mal que le fue a la hora de las votaciones. Ramón, el nieto de Monterreal, no se va a quitar en tiempo la tontería del carril saludable que ha tenido inservible durante años un trozo de la vía. María, te ha tocado: Vamos a tu Paseo. Espero que no te equivoques con lo que ayer iniciabas. A tu amigo Ramón ya no podrás echarle la culpa. Estás sola ante el Paseo. En el Coímbra, ayer mañana, con los churros y el café con leche, el comentario de los clientes versaba sobre el futuro de lo que sería el Paseo. Había comentarios para todos los gustos, lo que quiere decir que el vecino va a mirar con lupa lo que vaya ocurriendo en el viejo paseo.
No es la primera vez que hemos dedicado algunas líneas al futuro de esta vía de la ciudad. Las obras a llevar a cabo tienen algo confundido al personal. Se nos ha hablado de placitas, de muchos árboles y de poco tráfico, solo el preciso para la seguridad de los vecinos. Los papeles de los informes lo aguantan todo, y las fotos de los proyectos parecen siempre maravillosas. ¡Qué bonito va a quedar! El final no dejará de ser una sorpresa para todos, ya lo verán. Lo fue el arreglo que nos ofreció el anterior alcalde, lo recuerdan. Se inventó, no creo que fuera él, pero algún asesor le comió el tarro, y durante años nos ha ofrecido una vía rota, inservible y que solo hablaba de la estupidez cometida.
¿Cómo va a ser el nuevo final del Paseo? Los ciudadanos no lo sabemos, y nos gustaría tener clara la idea de lo que doña María, la señora alcaldesa, y su responsable de urbanismo, doña Eloísa, con almendro o sin él, están haciendo en la vía. Entiendo que al ciudadano de a pie no le den explicaciones, lo nuestro es pagar sus sueldos, sus subvenciones y sus viajes. ¿Qué tal el último por tierras exóticas, María? Interesante, supongo. Alguna buena idea para poner en práctica en la ciudad, es de imaginar. Que las veamos pronto.
Que se quejen los vecinos de la oscuridad de nuestro ayuntamiento puede tener alguna lógica, qué son para ellos los ciudadanos, pero que sea un concejal, portavoz de una fuerza política, como fue en su día el señor Rojas, el que manifestase en medios la poca transparencia que ofrecía el equipo de gobierno sobre las obras del paseo es preocupante. Que el señor Rojas, les diga a los almerienses que no tienen noticias en su grupo de cómo va a quedar la vía más importante de la ciudad, la que la alcaldesa ha convertido en el Paseo de María, no le habrá sentado muy bien a la que manda en los plenos municipales.
Vuelvo a los papeles y las fotos. Sobre ellos todo ofrece una perspectiva inmensa, increíble, inigualable, pero a la hora de la verdad, los ciudadanos no sabemos cómo acabará siendo el Paseo de María, tampoco lo saben los comerciantes, y eso es más preocupante, pero se tiene la impresión de que las dos mujeres que con más poder en la Plaza Vieja tampoco dan la impresión de estar muy seguras de cómo será ese Paseo de María en el que están trabajando. Si estuvieran seguras, no habría esa sensación de ocultismo, de falta de transparencia de la que nos habla el portavoz del grupo opositor.
Lo último que hemos sabido, aparecía en los medios el pasado sábado, es que los comerciantes no tienen claro cómo se va a hacer, cómo les va a afectar y cuánto tardarán las obras. María debería preguntarle a Juan Megino el tiempo que alguien le tuvo paradas las de las nuevas aceras del Paseo: justo hasta que perdió las elecciones.