Este lunes, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, recibe en el Palacio de la Moncloa al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en medio de intensas presiones tanto desde la Alianza Atlántica como desde los Estados Unidos para que España aumente su gasto en defensa. La reunión está prevista para las 17:00 horas y no se ha programado ninguna rueda de prensa posterior.
Los recientes discursos de Rutte han enfatizado la necesidad de un aumento significativo en los presupuestos de defensa de todos los países miembros de la OTAN. Durante el Foro de Davos, Rutte subrayó que el objetivo del 2% del PIB en gasto militar ya no es suficiente, sugiriendo que los países que no alcanzan esta cifra deberían hacerlo "en un par de meses". España, con un gasto actual del 1,28% del PIB, es uno de los países que no cumple con este compromiso, situándose entre los últimos de la organización en este aspecto.
La presión se ha incrementado también desde la administración estadounidense, con el presidente Donald Trump reiterando su exigencia de que los aliados europeos eleven su gasto militar hasta el 5% del PIB. Este requerimiento ha generado un debate significativo dentro de España, especialmente entre los votantes del PSOE y sus socios de gobierno, quienes en su mayoría se oponen a un incremento significativo en el gasto de defensa, según muestran encuestas recientes.
Sánchez ha prometido llegar al 2% del PIB en gasto de defensa para el año 2029, defendiendo el esfuerzo realizado por España en las últimas décadas, pero el contexto internacional y las declaraciones de líderes de la OTAN y EE.UU. lo sitúan en una posición difícil. La visita de Rutte se produce en un momento en que España también navega por los desafíos de la guerra en Ucrania y las implicaciones de seguridad que esto conlleva.
El encuentro de hoy no solo abordará el tema del gasto en defensa sino también los planes de la nueva administración estadounidense y las estrategias de paz y seguridad en el contexto de Ucrania, donde Trump ha anunciado su intención de negociar directamente con Vladimir Putin.
Este encuentro se perfila como un punto clave para definir cómo España se posicionará en el futuro en términos de compromiso con la OTAN y su política de defensa, en un clima donde la urgencia de aumentar el gasto militar se hace cada vez más evidente.