Domingo Ramos quería denunciar la falta de médico en el consultorio de su pueblo, Lubrín, y no se le ocurrió otra cosa que personarse en el centro, móvil en la mano, y dedicarse a grabar lo que se estaba viviendo en el centro, así cómo a la gente que allí se encontraba. El preocuparse por la gente de su pueblo me parece destacable, para eso lo votaron como alcalde del mismo, lo que no debía saber el caballero en cuestión era que no se puede grabar dentro de un centro sanitario público, donde se encuentran personas visitando al médico y no tiene porqué aparecer su imagen en las redes sociales.
Hace algunos años fueron los propios socialistas, los había inteligentes hasta que llegó Zapatero, con Sánchez ya se ha llegado al paroxismo, y se dejaron de poner las listas de solicitantes de las puertas de las salas de los médicos. Se entendió que la información de los nombres que tenían prevista la visita al doctor no debía exponerse ante la opinión pública, había que salvaguardar la intimidad de la persona que iba al médico. El alcalde grabador no debía saberlo.
¿Cómo se le ocurrió a Domingo Ramos, vara de mando de Lubrín, entrar en un centro médico, móvil en la mano, grabar la imagen de los que estaban en el mismo y subirlo a sus redes sociales? Dirá el hombre en un intento de defenderse que lo que quería era demostrar la nefasta sanidad que la Junta del Pp está ofreciendo en su municipio a sus vecinos. Y no le voy a llevar la contraria, pero debería saber que al hacerlo estaba cometiendo un delito. Es ilegal la grabación que hizo e ilegal subirlo a las redes.
Ahora dice la Junta que los técnicos están estudiando elevar a la justicia la actuación del señor Ramos. Siempre tarde, cuando se trata de mirar el comportamiento de los políticos, como es este caso, la reacción de la acera de enfrente siempre llega con el tiempo cumplido. Aunque más vale tarde que nunca.
Espero que el señor Ramos encuentre un “pumpido” que le salve del rapapolvo judicial, o que sus papeles se queden en algún cajón a la espera de mejores años para juzgarlos. Denunciar las carencias de la sanidad en su pueblo, es su obligación, pero hágalo legalmente, no use las imágenes protegidas por ley de sus vecinos, para unos intereses políticos por muy interesantes y positivos que estos sean. La legalidad, señor Ramos, debe ser lo máximo a la hora de ejercer la acción política. Claro que esto, pedírselo a los hijos de Zapatero y Sánchez en el partido sanchista, se entiende que es como pedirle peras al olmo. No está el olmo por darle peras a Domingo Ramos, alcalde socialista del pueblo de Lubrín, por mucho que este se empeñe. La próxima vez que quiera criticar el centro de salud de su municipio no saque el móvil de su bolsillo.
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