www.noticiasdealmeria.com
Emotividad y motilidad
Ampliar
(Foto: malasombra)

Emotividad y motilidad

Por Antonio Felipe Rubio
x
afelipeafelipecom/7/7/15
miércoles 23 de octubre de 2024, 09:40h

google+

Comentar

Imprimir

Enviar

Add to Flipboard Magazine. Compartir en Meneame

Escucha la noticia

En los últimos días de Franco, la militancia en partidos de izquierda era una oportunidad para, con notable éxito, encontrar ciertas experiencias afectivas entre una ardorosa adolescencia y juventud que, al margen de una ideología prendida con los alfileres del sectarismo, solía desenvolverse con mayor soltura al ritmo de eslóganes como “¡compañero, únete!”, que algunos, en clave libertaria, desinhibida y fogosa hacían realidad eso de la unión, la solidaridad y la reciprocidad corporativa… y copulativa.

Estas, estos y estes ya crecieron y evolucionaron -según qué casos, con distinto aprovechamiento-, pero no era de esperar que los comportamientos de aquellos niñatos y niñatas proliferaran ahora con mayor profusión en altos dirigentes de la vida pública. Estos políticos me recuerdan aquellas tórridas sesiones de Tómbola, que solían concluir con insultos, griterío y una espantá que anunciaba la presentación de una demanda ante los tribunales de justicia. En aquellos momentos, los tribunales de justicia tuvieron que dedicar tiempo y recursos a la denuncias y querellas de petardos y petardas del famoseo. Entre pilladas, engaños, difamaciones, cuernos, infidelidades y montajes urdidos por los propios programas del corazón solía discurrir una época en la que las sanciones y las indemnizaciones suponían un ingreso extra para esta brillante representación de la cultura progresista.

Ahora, si el PP presenta una denuncia y el juez la inadmite, el PSOE presenta otra con la presentación de la denuncia inadmitida. Igualmente, si el PSOE presenta una denuncia rechazada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, y con reprimenda incluida; entonces, el presidente Sánchez incrementa el nivel de confrontación, movilización sincronizada y reparto de fango mediático.

Entiendo que Diaz Ayuso rechace una reunión con Sánchez en La Moncloa. La presencia de Sanchez se ha convertido en un eficaz emético para la democracia y el Estado de derecho. Al mismo tiempo, creo que hay que distinguir entre emotividad y motilidad. Es cierto que emotivamente Ayuso tiene motivos más que suficientes para preferir la “dieta de fruta”, y es lógico que la motilidad le produzca retortijones insoportables ante la ingesta de tanta inmundicia procedente de los auténticos generadores de fango «progresista».

Sinceramente, hubiese preferido que Ayuso hubiese aceptado la cita. Habría sido impagable ver la parafernalia estética del pollopera tratando de minimizar e invisibilizar a la invitada. Pero hubiesae sido antológica la valoración del encuentro en la voz de Ayuso. Dar cuenta ante la prensa de una sesión sobre la nada con gas, las mentiras, la soberbia, la traición y la abyección moral de este remedo de gobernante, sería un repaso que no vamos a poder disfrutar.

Creo que en política no se debe combinar la emotividad con la motilidad intestinal. Hay que hacer de tripas corazón cuando son asuntos que trascienden de tus intereses particulares para involucrar a millones de personas a las que representas.

A ayuso sólo le bastaba con ajustarse al manual de instrucciones del candidato en campaña electoral: sonrisa, besuqueo, estrechar, abrazar, saludar… y jamás hacer asco a las babas del bebé o a la hiperhidrosis del manoseo.

Antonio Felipe Rubio

Periodista
Dirige La Tertulia en Interalmería TV