Cuando los sentires democráticos están en la impronta del parlamentarismo constitucional, es cuando realmente se está en sintonía y concordancia con la soberanía popular. Acaban de celebrarse las elecciones en los Países Bajos, uno de los miembros fundadores de la Unión Europea, habiéndolas ganado en las urnas con amplitud el PVV de Gert Wilders. Y lo primero que han hecho los liberales como los demócratas cristianos es declarar su predisposición a pactar un gobierno con Wilders. Todo lo contrario a lo realizado en España, que no se ha dejado gobernar al PP con el pretexto del PSOE en un estado de aporía, convertido en una réplica del adalid, que dirige la operación, de frenar a la ultraderecha, lo que pone de manifiesto la ridiculez en tal afirmación política.
En la mayoría de medios de comunicación españoles, los titulares de las noticias en una parálisis intelectual son relatados con sutilidad despreciativa respecto a lo ocurrido en los Países Bajos: “La ultraderecha islamófoba de Wilders gana las elecciones en los Países Bajos”; “La ultraderecha euroescéptica y xenófoba liderada por Geert Wilders gana las elecciones en Países Bajos”; “Un resultado inesperado. La ultraderecha gana las elecciones en Países Bajos: "Vamos a priorizar a los neerlandeses"; “La extrema derecha gana las elecciones legislativas de Países Bajos”; “El ultraderechista Wilders da la sorpresa y gana las elecciones en Países Bajos”; “La ultraderecha de Geert Wilders se erige por primera vez como primera fuerza en Países Bajos”; “La ultraderecha neerlandesa, ante la compleja tarea de formar gobierno tras lograr la victoria en Países Bajos”;…, poniéndose en el plano real de la situación geopolítica en Europa, la polarización entre la derecha y la izquierda, anulando todo vestigio de centrismo.
Europa va camino de un cambio que no tiene irretroactividad, Países Bajos, Italia, Suecia, Hungría, incluso, estamos atentos a lo que se está viviendo en Alemania en la que la extrema derecha cada vez está alcanzando más fuerza electoral, todo ello contagiado en la Unión Europea por lo acontecido en una primera instancia por el 'Brexit' en Reino Unido y la victoria de Donald Trump en Estados Unidos en 2017 e incluso la situación actual bélica en Ucrania, a pesar que, desde que estalló el conflicto en Israel, el mismo, como otros entornos de acciones violentas, ha quedado en el rescoldo de las tibiezas. No podemos tampoco obviar, que en las últimas elecciones presidencialistas en Francia, Jean-Marie Le Pen, del Frente Nacional de Francia, llegó a la segunda vuelta.
Toda esta emanación vertiginosa hacia el llamado “populismo nacionalista” nos arrastrará en los próximos comicios en otros países europeos a elecciones impredecibles, incluso en nuestros hermanos, Hispanoamérica, con la actual victoria en Argentina de Javier Milei, líder de la Libertad Avanza. En fin, concluyo, quienes consideramos por seguridad democrática que el Estado de Derecho debe de ser respetado por el pluralismo político, de lo contrario estaremos abocados por el endiosamiento curricular de unos lumbreras a dictaduras ideológicas investidas con la legitimidad a la carta y el antifaz marxista de las llamadas “democracias populares”.
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