El proyecto General de Investigación (PGI) actualmente en curso sobre el yacimiento de Macael Viejo, financiado por ayuntamiento de este municipio y el PFEA gestionado por Diputación de Almería, ha concluido la segunda fase en la que se han analizado 18 sepulturas de las 50 que se han excavado vinculadas a tres siglos de funcionamiento de la alquería islámica.
Los trabajos de campo, que llevan tres años consecutivos de actuaciones arqueológicas, se han centrado en uno de los sectores de la necrópolis medieval, donde el equipo coordinado por el arqueólogo Santiago Moreno Pérez han analizado desde una perspectiva arqueológica y antropológica los sepulcros.
Según ha informado el ayuntamiento macaelense, es uno de los sectores más interesantes y más antiguos de lo que fue un extenso cementerio de casi dos hectáreas ligado a los aproximadamente tres siglos de funcionamiento de la alquería islámica.
Su estado de conservación ha facilitado el análisis completo de las estructuras, también desde la perspectiva antropológica ya que, además de haberse documentado casos de defunciones violentas, se ha constatado "un alto porcentaje de enterramientos de individuos perinatales e infantiles de muy corta edad".
No obstante, mayor parte de la campaña se ha dedicado al aljibe medieval, que ha quedado excavado íntegramente y a la espera de trabajos de consolidación del complejo de cara a su futura puesta en valor como elemento visitable, ya que está completo a falta de la bóveda de cubrición.
Se trata de una de las edificaciones más destacadas del asentamiento, que debió requerir una importante movilización de recursos técnicos, humanos y económicos, y que con una capacidad estimada en hasta 130.000 litros es uno de los más grandes de la comarca del Almanzora, por lo que debió constituir uno de los principales recursos hídricos del poblado.
De hecho, el aljibe es hasta el momento el contexto medieval más antiguo conocido en el yacimiento (mediados del siglo XIII), por lo que quizás se trate de una dotación vinculada con los momentos fundacionales de la alquería.
Además de la documentación del aljibe, que posibilitará realizar un análisis completo de la estructura, en el espacio donde se edificó se ha constado la presencia de contextos prehistóricos, formando parte de la aldea Neolítica instalada en el cerro, y romanos, pues la gran cisterna medieval se construyó sobre los restos de un edificio de grandes dimensiones de esta etapa.
La investigación en curso de este edificio contribuirá al conocimiento de los pequeños asentamientos bajo imperiales de montaña, hasta ahora escasamente conocidos y tradicionalmente eclipsados por el esplendor de las grandes villae coetáneas, pero que constituyen contextos de interés para indagar las transformaciones del poblamiento y la sociedad en los últimos momentos de la administración imperial romana en Occidente.