El pasado 28 de mayo se celebraron las elecciones municipales en toda España, y los resultados dejaron un panorama muy desigual para el PSOE en la provincia de Almería. Mientras que en la inmensa mayoría de los municipios los socialistas sufrieron un duro revés electoral, en otros mantuvieron o incluso mejoraron sus posiciones. Sin embargo, lo que más llama la atención es la disparidad de criterios a la hora de asumir responsabilidades y tomar decisiones.
En Vera, el candidato del PSOE, Martín Gérez, anunció su renuncia a recoger su acta de concejal tras quedar relegado a la tercera fuerza política, con solo dos ediles, por detrás del PP y UCIN. Gérez consideró que no había sido respaldado por el electorado y que debía dejar paso a otros compañeros. Lo mismo hizo la candidata socialista en Huércal-Overa, Francisca Fernández, que pese a mantener sus siete concejales, perdió seis puntos de apoyo y anunció su relevo tanto a nivel institucional como orgánico.
Estas decisiones podrían entenderse como un gesto de coherencia y responsabilidad política ante unos resultados decepcionantes. Sin embargo, contrastan con la actitud de la candidata socialista en el Ayuntamiento de Almería, Adriana Valverde, que ha sido ratificada en su puesto tras obtener unos resultados aún peores que los de hace cuatro años. Valverde pasó de tener nueve concejales y el 29,8% de los votos en 2019 a lograr solo siete concejales y el 23,6% de los votos en 2023. La comparación con Huércal Overa no admite condescendencia, porque Francisca Fernández ha mantenido el número de ediles y Adriana Valverde ha perdido dos, las dos han bajado seis puntos en relación a 2019, pero mientras la de Huércal Overa tiene el 32,65% de los votos, la de Almería se queda en el 23,56%.
Ni ella, Adriana Valverde renuncia, ni nadie en la dirección municipal del partido le pide que lo haga. Y eso que ella misma y quienes están con ella no esperaban tales resultados, sino mucho mejores que los de ocho años atrás.
¿Qué criterio sigue el PSOE de Almería para valorar el éxito o el fracaso electoral? ¿Por qué unos candidatos renuncian y otros no? ¿Qué intereses se esconden detrás de estas decisiones? ¿Qué mensaje se transmite a los ciudadanos con esta falta de coherencia? Alguien debería explicar esto, o sencillamente los ciudadanos tendremos que hacer nuestras propias elucubraciones, y en ellas ni la ciudad de Almería, ni el PSOE parecen ser lo más importante.
Si el PSOE de la capital cambiara ahora de liderazgo, tendría cuatro años para trabajar desde la oposición una alternativa, una propuesta que ilusione, pero si espera un año, o dos, o tres, serán perdidos para ellos, y ganados para el PP.
Pero es que no es igual hacer oposición con las nóminas que tienen en la capital, que en pequeñas ciudades o pueblos donde éstos son inexistentes o ínfimos, y tampoco se tienen asesores a sueldo.