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Gobernar desde el centro es posible
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(Foto: DALL·E ai art)

Gobernar desde el centro es posible

Por Rafael M. Martos
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martes 25 de febrero de 2025, 06:00h

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Las recientes elecciones en Alemania han dejado un panorama político que invita a la reflexión, no solo para los germanos, sino también para países como España, donde la polarización parece haberse instalado como norma. La Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de centro-derecha que podríamos equiparar ideológicamente al Partido Popular español, ha emergido como clara vencedora en los comicios. Sin embargo, el resultado no se queda en una simple victoria: el auge significativo de la ultraderecha y el desplome de los socialdemócratas (SPD) y de las fuerzas más a la izquierda del espectro dibujan un escenario complejo, pero también revelador.
Ante este resultado, todo apunta a que Alemania podría optar por una fórmula conocida: la gran coalición. En este caso, la CDU lideraría un gobierno en el que, para aislar a la extrema derecha, los socialdemócratas del SPD, representantes del centro-izquierda, podrían tener un papel clave, ya sea mediante pactos puntuales o incluso integrándose en el Ejecutivo. Este pragmatismo político, tan característico de la tradición alemana, envía un mensaje claro: es posible gobernar desde el centro, dejando a los extremos fuera de la ecuación.
Y aquí es donde España podría mirarse en el espejo. En nuestro país, el debate político lleva años atrapado en una dinámica de bloques irreconciliables, donde el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) parecen incapaces de encontrar un terreno común. Si el PSOE considera tan peligroso que el PP gobierne con el apoyo de Vox, y si el PP ve con igual recelo las alianzas de Pedro Sánchez con formaciones como Sumar, Podemos, Junts o Esquerra Republicana, ¿por qué no explorar una vía intermedia? La experiencia alemana demuestra que un acuerdo entre el centro-derecha y el centro-izquierda no solo es viable, sino que puede ser una herramienta eficaz para respetar la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y marginar a las fuerzas más radicales.
Pensemos en el caso español reciente: en las últimas elecciones generales, el PP fue el partido más votado, pero no logró formar gobierno. La fragmentación y la falta de voluntad para tender puentes con el PSOE abrieron la puerta a una coalición progresista que, aunque legítima, depende de socios que generan tensiones internas y externas. ¿Y si, en lugar de aferrarse a sus respectivos aliados extremos, PP y PSOE hubieran buscado un pacto? No se trata de borrar las diferencias —críticas y debates son esenciales en democracia—, sino de priorizar la estabilidad y el interés general sobre las trincheras ideológicas. Un gobierno de concertación podría dejar fuera a Vox por un lado, y a Junts, ERC o el PNV por otro, aislando a quienes apuestan por la ruptura o el maximalismo.
No es una idea utópica ni ajena a nuestra realidad. En Almería, por ejemplo, tenemos un precedente significativo. En el Ayuntamiento de El Ejido, el PP formó inicialmente gobierno con Vox, pero la coalición no prosperó. Vox abandonó el pacto, y fue entonces cuando el PSOE dio un paso al frente, alcanzando acuerdos con el PP para sacar adelante las prioridades del municipio. Este caso demuestra que, cuando hay voluntad política, el consenso entre el centro-derecha y el centro-izquierda no solo es posible, sino que puede funcionar.
Claro que trasladar esta fórmula a nivel estatal no es tarea sencilla. Requiere madurez política, una disposición al diálogo que hoy parece escasa y, sobre todo, un compromiso con el mandato de las urnas. Si el PP gana las elecciones, como ocurrió en 2023, debería poder gobernar sin que ello implique ceder a los extremos. Del mismo modo, el PSOE podría desempeñar un rol constructivo desde la oposición o incluso como socio puntual, sin necesidad de recurrir a alianzas que fragmenten más el tablero.
La lección alemana no es un manual infalible, pero sí un recordatorio: la democracia se fortalece desde el centro, no desde los márgenes. En España, donde la crispación a menudo ahoga el debate, quizás sea hora de recuperar esa voluntad de acuerdo que, aunque difícil, no es imposible. Almería ya lo ha hecho. ¿Por qué no intentarlo más allá?

Rafael M. Martos

Editor de Noticias de Almería

Periodista. Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y la novela "Todo por la patria"