Escasos días atrás un buen amigo me invitó a conocer su archivo analógico, (o sea, en papel) de revistas, periódicos, tebeos, y publicaciones de este porte. Algunas de las reliquias conservadas con primor, perfectamente etiquetadas, clasificadas, categorizadas, rigurosamente datadas, me eran desconocidas, aunque daban idea de cómo eran los tiempos de atrás o de muy atrás. Sí, en cambio, en este mini museo hojeé semanarios, boletines, gacetas, libros, que en algún periodo se colgaban en los quioscos e, incluso, llegaron a mis manos.
Atrajeron mi atención, entre otras muchas, tres publicaciones: ‘El Caso’ —hoy traspasado a ciertos programas televisivos—, la revista ‘Ama’ —muy apropiada para colocar en alguna de sus portadas a la besuconavicepresidenta vestida de Prada—, y ‘La Codorniz’ —la revista más audaz, para el lector más inteligente, según rezaba en sus portadas—.
‘La Codorniz’, me comentaba este buen amigo, fue censurada, mutilada, retirada, purgada, condenada, en numerosas ocasiones mientras se publicó y hasta su desaparición. Al ver una de las portadas de ‘La Codorniz’ recordé haber escrito antes algo sobre ella. Decía la portada: ‘Bombón es a bombín, como cojín es a X y nos importan tres XXX que nos cierren la edición’.
Dicho esto, y por ser breve, los analistas políticos (la clase política, también) se afanan, incluso alguna se desgañita, en debatir si la amnistía es constitucional o no, o si es generosidad, o si es empatía, o si es la madre que la parió. A mis pocas entendederas, el debate no reside en si la amnistía cabe en la Constitución, que no cabe, sino en cuándo, por qué y para qué.
¿Cuándo? Ahora, ya mismo. ¿Por qué? Por los necesarios votos de Puigdemont. ¿Para qué? Que Pedro Sánchez logre la investidura hasta por debajo de la miserable humillación.
Y no le demos más vueltas, habrá amnistía y también referéndum simplemente porque para Pedro Sánchez "Bombón es a bombín, como cojín es a X y le importan tres XXX que aniquilen la nación". La española, naturalmente.