Pablo Iglesias, el exvicepresidente del Gobierno que dimitió tras el fracaso electoral de Unidas Podemos en las elecciones de la Comunidad de Madrid, ha vuelto a la escena pública con una polémica declaración de apoyo a los activistas de Futuro Vegetal, el grupo ecologista radical que ha lanzado pintura negra contra las fachadas de las sedes del PSOE y del PP en la capital.
En declaraciones la Cadena Ser, Iglesias ha defendido estas acciones como una forma legítima de desobediencia civil que busca llamar la atención sobre el grave problema que supone la industria cárnica para el medio ambiente y la salud de las personas. Según Iglesias, los activistas de Futuro Vegetal están haciendo más por la política que muchos cargos públicos que se limitan a obedecer los intereses de las grandes corporaciones.
Iglesias ha restado importancia al daño material causado por los ataques y ha comparado a los activistas con otras figuras históricas que también recurrieron a la violencia simbólica para defender sus causas, como Gandhi, Martin Luther King o Nelson Mandela. Habría que recordar en este punto, que Iglesias defendió en su día los escraches como una forma de "jarabe democrático", hasta que él fue objeto de uno y entonces le pareció mal que se lo hiciesen a él y su familia.
Las declaraciones de Iglesias han provocado un aluvión de críticas por parte de otros sectores políticos y sociales que han condenado los actos vandálicos y los han considerado una muestra de intolerancia y violencia. Tanto el PSOE como el PP han anunciado que presentarán denuncias contra los responsables de los ataques.
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