Huyendo del capitalismo

Ha sido duro el camino, a pie, con críos en los brazos, arrastrando por carreteras de asfalto levantado y polvorientos caminos, sus pocas pertenencias, siempre con el impulso de la comprensión de quienes los ven pasar en esa columna humana que es como un fantasma que recorre América de norte a sur.

Allá van todos, a Venezuela, aunque para eso tenga que cruzar a México por el punto más alto del muro criminal construido por Donald Trump para evitar la fuga tras lograr impedir el goteo constante de norteamericanos que en improvisadas balsas se lanzan al mar rumbo a Cuba, donde con los puertos abiertos eran recibidos por las autoridades, que les entregaban inmediatamente su documento de nacionalidad.

Sí, pero Venezuela y Cuba necesitan la solidaridad del mundo libre para poder acoger en su seno a todos aquellos que huyen de las feroces garras del capitalismo. Venezuela y Cuba, ejemplos de gestión socialista y luz de guía de las clases populares, de los desfavorecidos, deberán abrir sus fronteras para que toda esa gente que escapa de la miseria de los Estados Unidos, de la injusticia y la opresión, de una dictadura en la que no se respetan los mínimos derechos civiles, donde no hay democracia, donde se encarcela a la oposición, donde hay detenciones y prisión sin cargos, donde se ejecuta sin juicio o tras juicio sumarísimo.

Campesinos y obreros somos del mundo el principio y final, por eso, sabed que nosotros también estamos esperando nuestro momento para abandonar Europa, pero lo único que lamentamos es que al otro lado, en África, muerto el gran Gadafi y el inmenso Sadam ¿dónde vamos a ir? Por eso, nosotros mientras, mejor nos quedamos aquí, en la pérfida Unión Europea, y eso que en el Estado español hay una situación de pobreza insoportable como bien sabe el camarada Íñigo Errejón quien dice que en Venezuela se come ¡tres ves al día! porque ¡Chaves vive, la lucha sigue! … con permiso de Daniel Ortega, claro.



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Este artículo es una coña… porque digo yo que la caravana humana que desde el Sur de América se dirige hacia los Estados Unidos, debía hacerlo rumbo a Venezuela o Cuba ¿no? Más que nada porque quienes critican que EEUU no quiera dejarles entrar debían alegrarse de que no se les permita acceder al infierno capitalista, sobre todo cuando tienen tan cerca el paraíso socialista.

Precisamente porque EEUU no es ni de lejos santo de mi devoción, y con alguien como Donald Trump al frente, menos aún, imagino lo mal que deben estar en ciertos países cuando la gente prefiere tomar ese rumbo. Y sin tan malo es el capitalismo y la democracia burguesa ¿por qué nadie pedía asilo en la RDA, o en Moscú… o en China… o en Albania? ¿por qué nadie se exilia a Cuba o Venezuela, incluso cuando lo anuncia oficialmente, como Willy Toledo?

Pero es que ni el “telón de acero”, ni el Muro de Berlín, ni el muro de Israel, ni el muro de Trump, ni el mar de Alborán, ni las fronteras, ni los ejércitos… pueden parar las ansias de pan y libertad inherentes a todo ser humano.

Y mientras, la caravana sigue… rumbo a Estados Unidos, donde eres norteamericano por nacer allí, no como en España, que si tus padres no son españoles tú tampoco lo eres aunque veas la luz en un hospital de la Seguridad Social.