En un planeta donde las alteraciones climáticas son cada vez más palpables, la meteorología extrema se convierte en un reflejo directo del cambio climático. Desde la sequía devastadora en el Cuerno de África hasta las inundaciones más mortíferas de la historia moderna de España, los nuevos análisis de científicos establecen un vínculo claro entre estos eventos extremos y el calentamiento global. El reciente episodio de lluvias torrenciales en España, conocido como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), dejó un saldo de más de 150 víctimas mortales. Este evento, calificado como la peor DANA de la historia del país, no es solo un fenómeno meteorológico aislado, sino un claro ejemplo de cómo el cambio climático está intensificando las precipitaciones extremas. Friederike Otto, directora del proyecto World Weather Attribution (WWA) del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres, subraya: "No cabe duda de que estos aguaceros explosivos se intensificaron debido al cambio climático". Según los científicos, el calentamiento global ha duplicado la probabilidad de eventos como la DANA y ha aumentado significativamente la intensidad de las lluvias. Este fenómeno está relacionado con la capacidad de la atmósfera para retener más humedad a medida que las temperaturas aumentan, lo que resulta en precipitaciones más intensas. Otto advierte: "Estas inundaciones mortales son otro recordatorio de lo peligroso que se ha vuelto ya el cambio climático con solo 1,3°C de calentamiento". La Perspectiva Global Las temperaturas medias globales están peligrosamente cerca del límite de 1,5°C acordado en el Acuerdo de París de 2015. Sin embargo, los datos actuales indican que, de no cambiar la trayectoria actual, el calentamiento global podría superar los 3°C antes de finalizar el siglo. Esta alarmante proyección subraya la necesidad urgente de acción climática por parte de los gobiernos. En vísperas de la cumbre sobre el clima COP29, que se celebrará el próximo mes en Bakú, Azerbaiyán, la ONU ha señalado la discrepancia entre las políticas gubernamentales y las necesidades científicas. El principal punto de discusión será la creación de un nuevo fondo para ayudar a los países en desarrollo a enfrentar el cambio climático y reducir su dependencia de los combustibles fósiles. La Ciencia Detrás del Análisis Rápido El equipo de Imperial WWA ha desarrollado un protocolo que permite evaluar rápidamente la influencia del cambio climático en eventos meteorológicos extremos. Este enfoque ha permitido establecer una clara relación entre el cambio climático provocado por el hombre y diez de los fenómenos meteorológicos extremos más mortíferos de las últimas dos décadas. Por ejemplo, la sequía en el Cuerno de África causó aproximadamente 258.000 muertes en 2010, mientras que el ciclón Nargis mató al menos a 138.000 personas en Myanmar en 2008. Estos eventos destacan cómo la vulnerabilidad y la exposición de la población convierten los peligros meteorológicos en desastres humanitarios. El Impacto en los Países Ricos Aunque los ciudadanos de los países más ricos son menos vulnerables, también enfrentan peligros significativos. Las olas de calor en Europa central y occidental en 2022 y 2023 causaron alrededor de 90.000 muertes. Los investigadores advierten que las cifras de muertes registradas probablemente están subestimadas, especialmente en los países más pobres. Roop Singh, asesor sobre riesgos climáticos del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, destaca: "El enorme número de muertes que seguimos observando en condiciones meteorológicas extremas demuestra que no estamos bien preparados para un calentamiento de 1,3°C, por no hablar de 1,5°C o 2°C". Hacia la COP29 La cumbre COP29 debe enfocarse en acelerar la transición hacia la eliminación de los combustibles fósiles. Joyce Kimutai, investigadora del Centro Imperial de Política Medioambiental, enfatiza: "La COP29 tiene que acelerar la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles, la principal razón de que estemos experimentando un clima tan peligroso". También señala la necesidad de una financiación significativa para el fondo de pérdidas y daños, argumentando que los 700 millones de dólares prometidos en la COP28 son insuficientes comparados con los miles de millones en daños que sufren los países pobres cada año. Conclusión El cambio climático ya no es una amenaza lejana. Las pruebas que vinculan los fenómenos meteorológicos extremos con el calentamiento global son contundentes y seguirán aumentando. Sjoukje Philip, investigadora del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, advierte: "Ya no es posible considerar el cambio climático como una amenaza lejana y distante". La acción inmediata es crucial. Reducir las emisiones y preparar a las comunidades para enfrentar eventos meteorológicos más frecuentes e intensos son pasos indispensables para mitigar los efectos del cambio climático. Los líderes mundiales deben tomar decisiones valientes y coordinadas en la próxima COP29 para asegurar un futuro más seguro y sostenible para todos.