El preacuerdo entre Podemos y Sumar para concurrir juntos a las elecciones generales del 23-J se encuentra bloqueado por los vetos de Yolanda Díaz a dos de las figuras más relevantes de la formación morada: Irene Montero y Pablo Echenique. La vicepresidenta segunda y líder de Sumar quiere prescindir de la ministra de Igualdad y del portavoz parlamentario de Podemos, a quienes considera un lastre para su proyecto político. Además, Díaz ha enviado mensajes velados a ambos al aplaudir la renuncia de Alberto Garzón y Ada Colau a ir en las listas.
Esta actitud de Díaz revela una falta de respeto hacia Podemos, el partido que le ha permitido llegar al Gobierno y de cuyos "éxitos" en el Gobierno ella se ha hecho partícipe. Podemos es una fuerza política consolidada y una amplia presencia territorial, o al menos más que Sumar, aunque ambas deberían recordar que eso se produce por tener en su seno a Izquierda Unida. No parece tampoco lógico que Podemos tenga que aceptar que se le impongan condiciones humillantes para formar parte de una alianza electoral cuyos resultados futuros son aún inciertos.
Según ese "espacio político" la unidad de la izquierda es necesaria "para frenar a la derecha reaccionaria", pero no puede construirse sobre la base de los vetos y las exclusiones, que más que sumar, restan. Podemos debe defender su dignidad y su proyecto político frente a los intentos de Sumar de fagocitarlo.
Irene Montero y Pablo Echenique son dos referentes dentro de ese ámbito, pero el desprecio de Díaz hacia ellos demuestra que ni tan siquiera los suyos comparte lo que se ha hecho en el Gobierno, ni el cómo se ha hecho.
Irene, Pablo... no os quieren, y cuanto antes lo asumais, antes acabará vuestra agonía.