Hay fotografías que, sin lugar a dudas, alguno de sus protagonistas desearía no haber protagonizado nunca, y más si eso se produce a las puertas de una campaña electoral. Me estoy acordando en estos momentos del caso de Javier Arenas cuando permitió ser fotografiado para la revista de El País mientras le lustraban las botas en un lujoso hotel sevillano; aquello le ha perseguido toda su vida política.
Pero hay cosas que a unos se les perdona y a otros no, como por ejemplo cuando el líder de Izquierda Unida Diego Valderas se refirió a una consejera socialista como “la de las tetas gordas”, lo que no generó ni la más mínima crítica por parte de mujeres socialistas, comunistas y resto de feminismo combatiente al uso.
Más recientemente, y por volver al plano político, podemos recordar la enorme polémica que se produjo cuando el recientemente estrenado Gobierno andaluz puso en un atril un escudo de Andalucía laureado y coronado, al tiempo que se había recortado la parte inferior. Saltaron entonces todas las alarmas del andalucismo y el izquierdismo combatiente porque consideraban un desprecio a nuestros símbolos seculares ese tuneado que había hecho el Partido Popular. Fue una polémica con bastante repercusión, hasta que se descubrió que en realidad Juanma Moreno Bonilla lo único que estaba haciendo era usar la imagen de las medallas de Andalucía diseñadas en época de Gobierno socialista y sobre las que nunca ni el resto de la izquierda ni el andalucismo habían dicho ni mú.
Es sin lugar a dudas un ejemplo más del doble rasero que tiene principalmente la izquierda a la hora de valorar los hechos.
Me pregunto qué se diría del Partido Popular o de Ciudadanos, por citar a los que han formado parte del Gobierno, si sus líderes pidieran el voto recurriendo a eslóganes facilones cómo “Vota Juanma Moreno, el mejor presidente del mundo entero” o “Vota a Juan Marín para tener un presidente de postín”, pero sí el eslogan es “Que no me enteré que no votas a la Tere” entonces lo que procede es una sonrisa de complicidad por el ingenio de quien aspira a ser presidenta del Gobierno andaluz. Es verdad que es el lema oficial de campaña, pero Adelante Andalucía lo considera divertido y son quienes con ahínco lo difunden, por lo que vuelvo a lo mismo ¿qué diría ellos, si de idéntico modo, actuaran PP o Ciudadanos?
Ahora también les pido que se imaginen qué se estaría diciendo de los dos candidatos del Gobierno andaluz si se pasarán el día vestidos de corto y con la copa de finito o de rebujito en la mano para pedirnos el voto, y por el contrario la -otra vez- sonrisa de complicidad que algunos muestran cuando quien hace esto es “la Tere”.
Comprendo que para algunos todo lo dicho hasta aquí podría reducirse a una simple broma, una estrategia para llamar la atención sobre la candidata de Adelante Andalucía, pero me temo que la cosa va mucho más allá.
Supongo que a Teresa Rodríguez, y a quienes están con ella en esta campaña electoral, les hará mucha gracia, pero me parece a mí que pedir apoyo económico para su candidatura aludiendo a aportar “un puñaico de garbanzos” es contribuir a mostrar una Andalucía llena de “marujas y de pepes” a quienes hay que hablarles así para que te entiendan, por qué de todos es sabido que aquí no tenemos ni médicos, ni arquitectos, ni grandes artistas, ni juristas de relieve, y hay que hablarnos cómo siempre hablan en las series españolas a los andaluces, que siempre son los de clase social baja, son medio analfabetos, y no pueden aspirar a más empleo que de barrendero o “criada” de unos señores que hablan en perfecto castellano y son universitarios y triunfadores.
Pero la cosa no se queda ahí, viene de lejos, porque también fue esta misma formación política la que sacó una imagen muy poco respetuosa del Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, la pasada Navidad, a lo que se suma otro meme que han lanzado en la que este hombre de luz dice que votará a esta formación política.
A mí personalmente no me gusta la burla de los símbolos ajenos porque tampoco me gusta que se burlen de aquello que defiendo, aunque creo qué suelo tener buen encaje cuando esto se produce, es decir, que si me parece divertido lo suelo aceptar con deportividad la guasa.
Ahora bien, que quien pone el grito en el cielo por el tema del escudo, que como he dicho no era inventado por el actual Gobierno andaluz, luego utilice a modo de chanza nuestros símbolos, no tiene un pase. Que intenten patrimonializar de un modo partidista los símbolos andaluces comenzando por Blas Infante, debería ser motivo suficiente para que ningún andalucista les votase, porque con este comportamiento dan lugar a que otros partidos andaluces también jueguen a apropiarse de ellos y entonces no podrán responder.
La Tere tiene exactamente el mismo comportamiento qué rechazaría sí lo hiciese alguien de otro partido político, en especial si es de derechas o liberal, porque su “puñaico de garbanzos” perpetúa el mismo estereotipo de lo andaluz qué el limpiabotas de Javier Arenas, porque para ella el andalucismo no es más el color de una camiseta electoral.