Hace unos días vi un tuit de Miguel Ángel Munuera, que fue secretario general del PCE en Almería y se declara comunista "por los cuatro costaos". En él, expresaba su asombro y su disgusto por la idea de Alberto Garzón, ministro de Consumo –en funciones de algo, pero no de ministro, porque lleva sin dar un palo al agua más de un año- y coordinador federal de IU, de que Sumar, el partido, plataforma… o trampolín, de Yolanda Díaz, se sume a un "frente amplio de izquierdas". Munuera criticaba que el PCE se hubiera desvanecido en IU, IU en Podemos, Podemos en Sumar, y ahora quisieran desvanecer Sumar en un Frente Amplio de Izquierdas (habría que ver si la FAI les da permiso).
A mi se me vino a la cabeza lo del azucarillo, pero me pareció que era una imagen mucho más acertada la de la cebolla que él proponía, ese vegetal que tiene varias capas que se van sacando hasta llegar al centro. Pero también me que era como para echarse a llorar, ya me entienden, porque al final es ir envolviendo en distintos nombres y proyectos lo mismo, sin lograr aumentar su apoyo social ni su peso político.
Será por esto que dice Munuera, que el “CIS de Tezanos”, preguntaba por si lo españoles preferían tortilla de patatas con cebolla o sin ella. Esa preocupación por el asunto culinario en vez de por la amnistía a los procesados del procés, solo tenía sentido enfocándola por si hay que echarle huevos a algo, y habría que saber a qué, o si quería saber qué nos parece lo que para hacer una tortilla hay que romper los huevos –el análisis de la metáfora se lo dejo a ustedes-, o por la cuestión de la cebolla.
Como bien sugería el almeriense y algunos de quienes le respondían en X, es ponerle capas y capas a lo mismo, hasta que no se sabe qué hay dentro, y al final parece que de lo que se trata es de envolver para abultar, en vez de atraer votantes. Y es que los votantes son los que son, y son muy pocos, como lo demuestran las elecciones. Porque si Pedro Sánchez puede ser investido no es por el PCE, ni por Podemos, ni por Sumar, porque han caído en votos y escaños, es porque los nacionalistas lo harán posible, los de izquierda y los de derecha, pero no lo que llaman "la izquierda estatal", que está para llorar.
La propuesta del petimetre Garzón me parece absurda, porque no responde a una realidad ni a una demanda social. ¿Qué sentido tiene crear un frente amplio de izquierdas cuando ya existe una coalición llamada Sumar que reúne a la mayoría de las fuerzas progresistas? ¿Qué aporta ese frente amplio que no aporte ya Sumar? ¿Qué garantías hay de que ese frente amplio no sea otro fracaso más como lo fueron Unidos Podemos y Unidas Podemos, o el propio Sumar?
La izquierda necesita dejar de mirarse el ombligo y empezar a mirar a la gente. Renovarse de una vez, dejar viejas recetas que no funcionan (¿conocen a mucha gente que huya de Estados Unidos a buscarse la vida en Cuba o Venezuela, o de Europa? Si EEUU no es ni de lejos el paraíso, imaginen qué tiene que ser alguno de esos otros países), pero también dejar atrás su consignas con olor a tocino rancio.
Eso es lo que una vez y otra han intentado, capa a capa, encebollándose, pero sin nada nuevo que aportar en cada una de ellas.