La de Ávalos no es la primera ni va a ser la última. El PSOE acumula innumerables casos de corrupción que se extienden por varios decenios e impregnan tres siglos de ideología que, entre otros hitos, fue determinante para protagonizar e inducir los episodios más dramáticos en la reciente historia de España.
Tras los episodios de la Guerra Civil y la Transición, se suponía un PSOE más civilizado y honrado con el amplio periodo de holgadas mayorías de Felipe González. Sin embargo, la corrupción contaminó instituciones y organismos dirigidos y presididos por infames socialistas: B. O. E., Guardia Civil, Cruz Roja, Banco de España… hasta llegar al paroxismo del saqueo con los ERE de Andalucía o la banda del “Tito Berni” y los irrenunciables aditamentos de ágapes, alcohol, drogas y prostitutas.
En los albores de los ochenta ya apareció el caso de corrupción denominado “Flick”. El PSOE de Felipe González obtuvo recursos ilegales de una fundación próxima al SPD (socialdemocracia alemana) con una dotación de un millón de marcos alemanes, que vinieron muy bien para la campaña de 1982 y la amplia victoria de Felipe González.
Ahora, la legión de zotes, tarugos y trincones se acrecienta con el tal Koldo, que no es otra cosa que la indeclinable afición de ciertos dirigentes socialistas por complementar sus “valores democráticos” con porteros de puticlub. Y es que a la vista del nivel que exhiben algunas señorías, así se espera de su vasallaje.
Pedro Sánchez apela a la depuración de responsabilidades en aras de la verdad, la transparencia y la honradez. Es decir, tolerancia cero ante la corrupción. Y aquí cabe preguntarse ¿Qué es corrupción? Y cabe responder: ¿y tú me lo preguntas? Corrupción eres tú.
Corrupción es detentar el poder con falsas denuncias de corrupción sistémica del Partido Popular. Corrupción es continuar acusando a la familia de Ayuso en un caso investigado y archivado. Corrupción es ocultar los viajes en Falcon. Corrupción es pasar las 40 maletas de delincuentes bolivarianos en Barajas. Corrupción es anunciar insomnios y rechazo a los pactos que, inmediatamente, se materializaron. Corrupción es mentir en todo y a todas horas. Corrupción es hacer desaparecer los delitos, ya juzgados y sentenciados, para mantenerse en el poder.
Corrupción no es sólo el chorizo descarado, grosero, violento y sinvergüenza. Corrupción es lo que vemos todos los días cuando nos engañan, nos saquean, nos manipulan, nos crispan y nos inducen a pensar que estamos en manos de gobernantes que lo volverán a hacer al amparo de la ley que vulneran y acomodan al servicio del imperio de la delincuencia mediante amnistías, indultos y lo que sea menester para mantener el poder.