El pleno del Congreso de los Diputados vivió este miércoles un tenso intercambio entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el diputado popular por Almería, Rafael Hernando, conocido por sus críticas recurrentes al PSOE y al propio Sánchez. El episodio se produjo cuando Hernando intentó interrumpir al jefe del Ejecutivo durante su intervención, lanzando una alusión a la pareja de Sánchez, investigada en un caso judicial.
En medio de la comparecencia de Sánchez, Hernando —figura habitual en los debates por su tono ácido hacia el socialismo— aprovechó para increpar al presidente desde su escaño, mencionando a Begoña Gómez, esposa de Sánchez y actualmente bajo investigación del juez Juan Carlos Peinado por supuestas irregularidades. La maniobra buscaba poner en duda la transparencia del mandatario, una estrategia frecuente en la oposición.
Sánchez, sin inmutarse, respondió con una sonrisa irónica y una réplica contundente: "Mi mujer muy bien. ¿Y la suya?", desatando murmullos en el hemiciclo. El presidente añadió, en un guiño cargado de sarcasmo, que "echaba de menos" la presencia de Hernando en la Cámara Baja tras su paso por el Senado, recordando así la trayectoria política del diputado almeriense, quien regresó al Congreso en las últimas elecciones.
El intercambio refleja la creciente tensión entre el PP y el Ejecutivo, en un contexto de polarización política. Hernando, portavoz adjunto del Grupo Popular, ha mantenido históricamente un perfil confrontativo, especialmente hacia Sánchez, a quien ha cuestionado en múltiples ocasiones por su gestión y la corrupcón que le circunda.
Desde el PSOE, fuentes parlamentarias calificaron la intervención de Hernando como un "intento de desviar la atención" de los debates sustantivos, mientras que el PP defendió el derecho de su diputado a "exigir responsabilidades" al presidente. La alusión a la investigación judicial de la pareja de Sánchez, no obstante, reabre el debate sobre los límites entre la crítica política y la esfera privada.
El pleno continuó tras el altercado, pero el episodio deja en evidencia el clima enrarecido que persiste en la legislatura, con choques dialécticos que prometen repetirse en próximas sesiones. Mientras, la réplica de Sánchez a Hernando ya se perfila como uno de los momentos más comentados de la jornada parlamentaria.
La investigación sobre Begoña Gómez, abierta por el juez Peinado, ha sido utilizada por el PP como argumento para cuestionar la "integridad" del presidente, aunque desde Moncloa se insiste en que no hay imputación formal y se acusa a la oposición de alimentar una campaña de "desprestigio". La tensión entre Sánchez y Hernando, por su parte, no es nueva: ambos han mantenido choques similares en el pasado, aunque este último episodio añade un capítulo más a su historia de enfrentamientos verbales.
El que es uno de los portavoces adjuntos del Grupo Popular en el Congreso, fue amenazado de expulsión en la Comisión Constitucional en la que comparecía el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, hace poco más de un año.
En aquella ocasión, en la Comisión Constitucional del Congreso, el diputado del PP por Almería, Rafael Hernando, conocido por su estilo agresivo hacia el PSOE. El conflicto estalló durante la intervención del ministro socialista, quien respondía a la ponente popular Cayetana Álvarez de Toledo, cuando Hernando lanzó un comentario desde su escaño que provocó la inmediata reacción del presidente de la comisión, José Zaragoza (PSOE).
El socialista Zaragoza, al escuchar las palabras de Hernando, le instó a cesar sus interrupciones: "Señor Hernando, le ruego que guarde silencio", advirtió desde la Presidencia. Sin embargo, el diputado popular replicó con firmeza, desatando un cruce de reproches. Ante la negativa de Hernando a acatar las indicaciones, Zaragoza procedió a llamarlo al orden, un recurso parlamentario que suele preceder a medidas disciplinarias.
La situación escaló cuando, tras tres advertencias formales, Zaragoza ordenó la expulsión de Hernando de la sala, apelando al reglamento. "Su conducta obstaculiza el debate. Debe abandonar el hemiciclo", insistió el presidente. No obstante, Hernando se plantó: rechazó marcharse y, pese a la insistencia de los servicios de la Cámara, estos no lograron retirarlo por la fuerza, en un inédito desafío a la autoridad parlamentaria.
El diputado almeriense, portavoz adjunto del Grupo Popular y habitual crítico de Pedro Sánchez, mantuvo su actitud desafiante incluso después de que Zaragoza declarara suspendida temporalmente la sesión para evitar mayores tensiones. Fuentes del PP defendieron la postura de Hernando, alegando que ejercía su derecho a "cuestionar al Gobierno", mientras el PSOE calificó el incidente de "bochornoso" y "falta de respeto a las instituciones".