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La importancia de las semillas en un buen cultivo de marihuana
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La importancia de las semillas en un buen cultivo de marihuana

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A la hora de tener un buen cultivo de cualquier planta, las semillas son factores determinantes. La genética es esencial en lo que respecta a las semillas y las plantaciones de marihuana porque de ella depende su calidad y el crecimiento fuerte del sembradío.

En base a esto y a la calidad se puede predecir qué rasgos tendría el cultivo. Existen semillas de marihuana baratas de muy alta calidad que deben su precio a la alta competitividad del sector y no a la genética o eficacia de las mismas.

Es posible, por tanto, prever los efectos de la marihuana y su comportamiento en cuanto al crecimiento, gracias a una variedad de semillas que ofrecen las tiendas especializadas y que ha sido cuidadosamente elegida, cultivada y estabilizada por expertos.

¿Qué son las semillas autoflorecientes de marihuana?

Las semillas autoflorecientes baratas son otra excelente opción. Son aquellas cuya floración se inicia automáticamente en lugar de responder a un cambio en el fotoperiodo. Esto quiere decir que no depende de los ciclos de iluminación del sol, sino que se dan con facilidad en sistemas cerrados.

Esto se debe a la intervención genética hecha a partir de la especie conocida como ruderalis que es originaria de regiones con climas duros o extremos como los existentes en el sur de Siberia, el norte de Kazajstán o en diversas zonas frías de Rusia.

El rasgo principal de la genética ruderalis es su rápida floración, que es independiente de la luz o de los cambios estacionales, permite el crecimiento de los cogollos que se producen de forma natural y no se ven afectados por el entorno o contexto en el que la planta está creciendo.

Una vez que alcanza una fase de madurez (que no se ve afectada por su entorno) la planta florece. Esto suele ocurrir durante el desarrollo del séptimo nudo, que suele seguir una fase de crecimiento que se da en un lapso de entre tres y cinco semanas.

Las semillas de marihuana autoflorecientes son auténticas supervivientes. Crecen rápida y fácilmente, no son nada exigentes en cuanto a su sustrato y mantenimiento y son bastante sencillas de cultivar.

Esto es posible porque vienen de una raza fuerte y resistente que se adaptó a climas extremos, de poca luz y que, a pesar del frío, se consideran también desérticos. En general, estos son sus rasgos o peculiaridades clave:

  • Velocidad: suelen florecer muy rápido y tienen ciclos de vida completos que duran desde los 60 a los 90 días.
  • Facilidad de cultivo: las semillas no necesitan esperar a que cambien las estaciones para florecer, a diferencia de las plantas que lo hacen en el exterior que deben recibir suficiente luz para germinar y prosperar.
  • Resistencia: en comparación con otros tipos de semillas de cannabis, las autoflorecientes tienen genes más resistentes a las condiciones ambientales gracias a su origen y a haber sido creadas a partir de la especie ruderalis.

¿Cómo germinar las semillas para un buen cultivo de marihuana?

Las semillas de cannabis germinan cuando se encuentran en un entorno propicio para su crecimiento. Este hecho natural suele producirse en primavera, cuando gracias a la inclinación de la tierra y el suelo húmedo que empieza a calentarse, aumenta el número de horas de luz.

En estas circunstancias, las semillas nacen en un suelo oxigenado y protegido de la luz. Comienza entonces la fase de enraizamiento. Por otra parte, se debe tener control sobre las siguientes variables:

  • Humedad: junto al calor, actúa para activar las semillas y debilitar su cáscara protectora permitiendo salir la raíz. La humedad es crucial para la supervivencia y alimentación de la semilla una vez germinada.
  • Oscuridad: Como las raíces son sensibles a la luz, la oscuridad es necesaria para la germinación. Por eso se ha podido adaptar tan bien a los armarios.
  • Calor: la semilla de marihuana se activa por el calor en conjunción con la humedad. Durante el proceso de germinación hay que mantener la temperatura entre 20 y 25 grados centígrados.
  • Oxígeno: permitir que el aire fresco circule en los armarios (con sistemas de ventilación) hará posible que el oxígeno haga que germinen las semillas.