La Junta de Andalucía nos anuncia una próxima ley de gestión ambiental. Y nos asegura que la misma va a beneficiar a Almería. Dios le oiga, a la Junta, y a ser posible la ilumine de sabiduría. Me van a decir que soy poco creyente en lo tocante a las leyes que salen de las mentes de los actuales políticos, pero es que los ejemplos que nos han venido dando a lo largo de los últimos años, tanto los de sientan sus culos en Madrid, como los que lo hacen en el convento sevillano, poco bueno nos han traído a ciudadanos que vivimos en esta esquinita del sur de la península Ibérica, y que llamamos Almería.
Lo mismo, ojo, los últimos que han llegado, vienen con las bendiciones del altísimo, y son capaces de hacer leyes donde impere la razón. No es mucho pedir, pero solo tenemos que ver las que han tenido que reformar, cambiar o simplemente olvidar, que mucho nos tememos que tampoco los chicos de Moreno Bonilla, el señor de los sorayos populares, a la hora de esa ley sobre medio ambiente, sean capaces de beneficiar las tierras de Almería.
Hasta ahora las leyes de los gobierno anteriores lo único que han logrado es que Almería se haya convertido en un lugar donde la pureza brille, que no está mal, donde preocupen más unas tortugas que los ciudadanos que en ella viven, donde los parques, naturales o no, han logrado quitar la tierra a sus propietarios, o no dejarles ni levantar una piedra, si a los ecologistas de despacho no le dio la gana en su momento. Si no había suficientes leyes sobre el medio y el ambiente, en vez de derogar alguna, lo que nos anuncia Moreno Bonilla, es una nueva ley de gestión ambiental, y uno de sus satélites nos dice en estas tierras, en nuestra cara y con descaro, que la misma va a beneficiar a Almería. Dios le oiga, a la Junta, y a ser posible la ilumine de sabiduría.
Esa ley que nos anuncia, ¿va a cambiar algo de todo lo que viene pisando el derecho de los propietarios a la hora de trabajar su tierra, va a levantar la larga burocracia que pesa para que los ayuntamientos puedan lograr terrenos donde ampliar el derecho de construir nuevos hogares (más de tres años en aprobar un Pgou), van a estudiar los actuales límites de algunos parques, caso por ejemplo del de Sierra Nevada? ¿Qué tienen que ver municipios como Bentarique o Terque, con ese parque que los ata, los estrangula, no les deja progresar, echa a sus juventudes por falta de oportunidades a la hora de defender las tierras de sus padres y abuelos?
Mientras las leyes sobre gestión ambiental estén bajo la batuta de elegantes corbatas, de buenos trajes, de zapatos de piel de cocodrilo, de los que no se manchan con el polvo de los campos, poca, muy poca confianza nos ofrece el que un político de la Junta nos diga que va a favorecer a Almería. A no ser que estén pensando en esa Almería de trece mil y pico de habitantes escondida en la lejana Filipinas.
Agenda
