La Comisión Ejecutiva de la Gerencia Municipal de Urbanismo ha señalado la oferta de la mercantil Albaida Infraestructuras como las más ventajosa para hacer las obras de reurbanización de la Plaza Vieja de Almería por un importe de 2.374.975,17 euros y un plazo de ocho meses para que, conforme a los planes municipales, pueda estar lista en mayo de 2025.
Notificado este acuerdo, la empresa propuesta como adjudicataria para la ejecución de este proyecto cuenta con el plazo de diez días para la presentación de la garantía definitiva correspondiente al 5 % del importe de adjudicación, IVA excluido, que asciende a la cantidad de 98.139,47 euros, certificándose así la adjudicación de estos trabajos, según ha indicado el Ayuntamiento en una nota.
Las obras a ejecutar, que el Ayuntamiento fecha en su inicio tras el verano, responden al diseño realizado por la mercantil Ordaz Estudio de Arquitectura, adjudicataria en su día de la redacción de un proyecto que, preservando la actual configuración de la plaza con el anillo inacabado de ficus, sus palmeras y el monumento a 'Los Coloraos', cuyo restos mortales serán introducidos en el conjunto.
Con un presupuesto de licitación de 2.553.791,02 euros, cuatro fueron las empresas que presentaron oferta al procedimiento de unas obras "que vendrán a completar el conjunto de actuaciones que se vienen desarrollando en esta parte de la ciudad, teniendo como principal referente la rehabilitación de Casas Consistoriales", ha dicho la concejal de Urbanismo y Vivienda, Eloísa Cabrera.
El proyecto de la Plaza Vieja, ejecutado a través de las obras que ahora se adjudican, tiene como objetivo reurbanizar esta plaza y los accesos a la misma, con una superficie total de actuación de 4.954 metros. Actuación que, desde las necesidades de excelencia, el diseño y la funcionalidad que requiere un espacio que es epicentro de la ciudad, tendrá como aspectos destacables de su nuevo diseño el pavimento que presidirá la plaza, su vegetación o su renovada iluminación.
Manteniendo como premisas de partida las preexistencias de la plaza, arbolado y el monumento conocido como 'Pingurucho', la propuesta de actuación se diseña con la utilización de materiales "silenciosos pero muy nobles" como la piedra, para el pavimento y mobiliario urbano, y la madera, que acompaña el diseño de las galerías de los soportales que rodean la plaza.
El proyecto juega además con el simbolismo que adquiere este espacio, expresado en forma de mosaico con el dibujo del Sol de Portocarrero, emblema de la ciudad.
Complementariamente a esa nueva fachada que genera el proyecto, la vegetación constituye otro de los elementos principales del mismo, generándose unos grandes parterres que contendrán una vistosa vegetación que aportará volumen y color al conjunto. Aspecto relevante del mismo será también su iluminación, concentrada en siete báculos con focos led y adaptables.