La presidenta de la Autoridad Portuaria visita el faro de Mesa Roldán
miércoles 11 de julio de 2018, 18:04h
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Mari Carmen Ortiz ha estado acompañada por Mari Ángeles Cayuela, presidenta de la Asociación Provincial de Empresarios de la Pesca de Almería (Asopesca)
La presidenta de la Autoridad Portuaria, Mari Carmen Ortiz, ha visitado hoy el faro de Mesa Roldán (Carboneras), uno de los nueve faros con los que cuenta la Autoridad Portuaria a lo largo de la costa almeriense, además del faro de la isla de Alborán. En la visita, la primera que realiza a este faro del Levante almeriense, Mari Carmen Ortiz ha estado acompañada por Mari Ángeles Cayuela, presidenta de la Asociación Provincial de Empresarios de la Pesca de Almería (Asopesca), que han realizado un recorrido por las instalaciones de esta señal marítima, guiadas por el técnico de Sistemas de Ayudas a la Navegación, Mario Sanz Cruz.Mari Carmen Ortiz ha destacado la importancia de los faros y de la labor que realizan los técnicos para la seguridad de la navegación, y en particular ha valorado el trabajo que lleva a cabo Mario Sanz, quien -más allá de su trabajo como técnico- ha convertido el faro de Mesa Roldán en un pequeño museo.Este faro se puso en funcionamiento el 31 de diciembre de 1863, sobre la meseta de Mesa Roldán, en Carboneras. Está ubicado a 200 metros sobre el nivel del mar. Su torre, de 12 metros de altura, es octogonal, de color blanco; y el edificio del faro es rectangular, de color blanco, con cornisas y remates en color albero.Por su espectacular altura focal, de 222 metros, es el faro habitado más alto de la península Ibérica y del Mediterráneo. Este faro y todo su entorno se encuentran en pleno Parque Natural Cabo Gata-Níjar y es uno de los miradores más bellos de este espacio natural. El técnico de Sistemas de Ayudas a la Navegación Mario Sanz Cruz mantiene y cuida este faro, desde 1992. Mario Sanz, aparte de su trabajo, se ha dedicado a escribir y ha publicado varios libros sobre la historia de los faros de Almería, Granada y el País Vasco, además de ensayos sobre otros temas, relatos y poesía. También ha reunido y coleccionado todo tipo de objetos relacionados con los faros, con los que ha creado un pequeño museo en el faro de Mesa Roldán, que se ha convertido en un aliciente más para los numerosos visitantes y medios de comunicación. De esta manera, “este faro, que estuvo aislado y olvidado durante muchos años, poco a poco, se está convirtiendo en un icono para Carboneras y Almería, y en un referente dentro de los faros españoles, demostrando que es ya, mucho más que una señal marítima”, manifiesta Mario Sanz.
‘El faro de Mesa Roldán, más que una señal marítima’El faro de Mesa Roldán fue construido en 1863, recibiéndose en él, el 5 de noviembre de 1863, la siguiente comunicación: “Su Majestad la Reina (q. D.g.) se ha servido disponer que el día 31 de Diciembre próximo se ilumine el Faro de 3º orden que se ha construido en la Mesa de Roldán, provincia de Almería, mandando que, por la dirección Hidrográfica se proceda a comunicar el anuncio correspondiente para noticia de los navegantes.Lo cual comunico a Vd. para conocimiento y efectos. Dios guarde a Vd. muchos años. Almería, 31 de Octubre de 1863. El Ingeniero encargado: Juan Antonio Moreno.” Procediendo a su encendido en la fecha prevista, el torrero encargado Eustasio Page y el torrero segundo Francisco Manresa.Por tanto, según recuerda Mario Sanz en esta breve historia del faro de Mesa Roldán, esta instalación cumplió su 150 aniversario en 2013, junto con el faro de Cabo de Gata.El faro fue proyectado por el Ingeniero Antonio Molina, adjudicando las obras en 198.034,48 Reales. El primer sistema que se implantó fue una lámpara ‘Lepaute’ que consumía aceite de oliva y una máquina de rotación de cuerda que duraba 6 horas. Esta lámpara daba una apariencia de destellos cada 2 minutos y la rotación tardaba 6 minutos en cada vuelta, con un alcance de 22 millas.La lámpara de aceite se sustituyó posteriormente por un mechero ‘Dotty’ que consumía parafina y después petróleo.En 1923 se cambiaba su apariencia por la de luz blanca fija, variada por 4 destellos cada 20 segundos. Para lo que se instaló una óptica de cuatro lentes verticales alternando con pantallas montadas sobre un flotador de mercurio y accionada por una máquina de relojería, todo de ‘La Maquinista Valenciana’. Además se sustituyó la lámpara por una a vapor de petróleo a presión ‘Chance’, con una lámpara ‘Maris’ de dos mechas como reserva.Entre 1972 y 1973 se electrificaba el faro, con una lámpara incandescente de 3.000 w. y dos grupos electrógenos ‘Ruston’ como reserva; además se instaló una óptica con basamento de rotación de mercurio y máquina de relojería de la casa ‘Racional’. La última gran reforma se acometió en 1986, sustituyendo la antigua linterna plana por una más moderna de montantes helicoidales, la óptica por una más pequeña y del mismo alcance, así como la maquinaria de giro y cuadros de mandos, todo de ‘La Maquinista Valenciana’.La vida en el faro fue dura en sus inicios, los torreros tenían que velar toda la noche en dos turnos, sin ningún día libre y sin suplencia por enfermedad, lo que llevó a Eustasio Page a realizar los dos turnos de vela él sólo, por enfermedad de su compañero, durante 59 días consecutivos, y a ser sustituido por su nieto cuando él también cayó enfermo. Fueron frecuentes las caídas de rayos, tempestades de agua y viento, incluso se registran algunas nevadas.Desde Mesa Roldán se ha visto pasar la historia: naufragios en la Punta de Los Muertos, las maniobras de los norteamericanos entre 1975 y 1977, la construcción de todos los puertos de Carboneras, etc. La vida de los torreros –también conocidos como ´faristas, fareros, técnicos de Señales Marítimas o técnicos de Sistemas Ayudas a la Navegación- se ha mezclado con la del pueblo de Carboneras y ha caminado en paralelo. Pero eso sí, siempre a vista de pájaro.“El trabajo en este faro ha cambiado mucho. Ya no hay que estar toda la noche en vela”, explica Mario Sanz, quien además de ocuparse de los faros de Mesa Roldán y Garrucha, junto con el técnico del faro de Cabo de Gata, atiende también el faro de La Polacra. Asimismo, en ocasiones, apoya el mantenimiento del faro de la isla de Alborán y realiza tareas de mantenimiento e inspección en otras instalaciones portuarias y piscifactorías del Levante almeriense.El trabajo del técnico de Sistemas de Ayudas a la Navegación es asegurar el servicio de señalización marítima (en todas sus vertientes) de la costa de su competencia; labor que, por mucho que avance la técnica, nunca podrán hacer las máquinas.“La presencia del técnico en el faro es muy importante para asegurar el buen funcionamiento de sus equipos técnicos, pero también para su mantenimiento general, ya que se encarga tanto de reparar las averías como de limpiar, pintar, arreglar el terreno y vigilar que nada malo le suceda a las instalaciones. Esto es algo esencial, porque el faro es una señal marítima y a la vez un edificio histórico. Un faro vacío se deteriora con rapidez y se convierte en presa fácil para desaprensivos”, concluye Mario Sanz.